El vendaval más intenso en Cataluña desde el año 2009, con rachas extremas que superaron los 100 kilómetros por hora en numerosos observatorios, se cobró ayer la vida de dos personas en Tarrasa --atrapadas por la caída de un muro-- y una tercera en un accidente de tráfico en Vandellós, y ocasionó diversos problemas en el tráfico viario y ferroviario, incluido el descarrilamiento de un convoy de la línea R-3 que hirió de gravedad al conductor, así como centenares de desperfectos en cornisas y mobiliario urbano. El temporal remitió ayer por la tarde y hoy solo se mantienen en alerta naranja (nivel medio) las comarcas del Pirineo. Unas rachas tan intensas y en un territorio tan amplio no se registraban desde el paso del ciclón Klaus hace casi seis años, cuando el viento derrumbó el muro de un pabellón de béisbol en Sant Boi y causó cuatro muertos. El muro que sepultó a las dos personas en Tarrasa --un hombre de 27 años y una mujer de 15 o 17-- no cayó por una racha puntual, sino por un "viento intenso y sostenido". El viento alcanzó rachas excepcionales en algunas zonas con puntas de 124 km/h. Incluso en el centro de Barcelona se llegó a unos notabilísimos 70 km/h.

RACHAS SOSTENIDAS El muro que se derrumbó en Tarrasa pertenecía a una fábrica de la empresa AEG actualmente abandonada, pero al parecer no estaba en mal estado. El ayuntamiento decretó dos días de luto. También el fuerte viento fue el probable causante de un accidente mortal acaecido el lunes por la noche en la AP-7, a la altura de Vandellós, cuando una autocaravana volcó y cayó por un terraplén. Una mujer sueca de 60 años falleció y el hombre que le acompañaba está ingresado en un hospital de Tarragona. Según un balance de Protección Civil de la Generalitat a las seis de la tarde, cuando el temporal ya empezaba a remitir, el 55% de las 1.938 llamadas recibidas por el teléfono de emergencias 112 procedían de esa comarca. Del total, los bomberos tuvieron que atender 1.547 servicios, gran parte debidos a la caída de árboles.

TREN DESCARRILADO Un árbol en la vía férrea fue precisamente el responsable de que un tren que circulaba por la línea R-3 descarrilara y hubiera que buscar un servicio alternativo por carretera en el tramo entre La Garriga y Vic. El maquinista podría sufrir la amputación de algún miembro. El viento ocasionó asimismo la caída de numerosos árboles en carreteras.

En varias escuelas de Sabadell y Tarrasa se suspendieron las clases por la caída de ramas y rotura de cristales. Además, el temporal dejó sin suministro eléctrico a casi 40.000 catalanes.