Ruido de maquinaria y continuo pase de excavadoras. Los alrededores del Cerro de la Corona, el paraje de Totalán (Málaga) donde se encuentra el pozo en el que el pasado domingo se precipitó el pequeño Yulen, de dos años, se convirtieron ayer en un hervidero de máquinas, ingenieros y miembros de los dispositivos de rescate con el único objetivo de tratar de localizar al niño. Ante la falta de noticias que arrojó la cámara que se introdujo en la oquedad, la Guardia Civil trabaja en tres posibles soluciones para acelerar el rescate. Todas ellas con unos plazos que estiran la esperanza hasta el infinito.

Yulen pasaba el domingo con su familia en el campo cuando, jugando con otro niño, encontraron el pozo, una vieja prospección de agua que, todo apunta, no estaba demasiado bien protegida. El pequeño se precipitó por un hueco de apenas 25 centímetros de diámetro y una profundidad de más de 100 metros. Un agujero hacia el centro de la tierra para las pequeñas dimensiones de Yulen. Su familia llegó a asegurar que lo oyeron llorar durante unos instantes. Rápidamente se alertó a los servicios de rescate, y empezó la batalla contra el tiempo dada la imposibilidad de bajar por el pozo debido a su estrechez y el continuo riesgo de derrumbes, dado que no está entubado.

Durante la tarde del domingo y la mañana de ayer, la cámara robotizada prestada por una empresa de desatoros de la provincia logró alcanzar una cota de 73 metros antes de tocar un fondo de tierra, y mostró una bolsa de chucherías que el niño llevaba el domingo. También un vaso. Es el único rastro que hay de Yulen por el momento. Siguientes prospecciones confirmaron la existencia de un tapón de terreno más duro que complica aún más las tareas. Además, sus dimensiones son desconocidas y no hay certeza de si debajo hay alguna cámara de aire que proteja al niño o si incluso solo hay más tierra. Por eso, los esfuerzos del centenar de operativos desplegados sobre el terreno se centraron ayer en excavar delicadamente la tierra para no provocar nuevos derrumbes en el interior del pozo y aspirar la tierra, pero con el paso de las horas solo se había logrado avanzar otros 30 centímetros antes de tocar una base más dura.

Desde ese momento, la Guardia Civil activó todos los mecanismos para poner en marcha las tres posibles soluciones propuestas por los expertos, todas ellas de enorme complejidad técnica por lo escarpado del lugar y posibles gracias a la solidaridad de empresas y particulares de toda España que se han volcado en ayudar. La primera de ellas es continuar escarbando la tierra con sumo cuidado e ir apuntalando el pozo, pero esta vez aspirando la tierra con una máquina más potente que permita avanzar un poco más rápido.

UN POZO PARALELO CONTIGUO

Asimismo, los operarios trabajan en allanar el espacio contiguo para que puedan pasar los camiones de gran tonelaje a fin de poder abrir un nuevo pozo paralelo contiguo, pero con la precaución de no provocar temblores en el terreno que causen nuevos derrumbes en el pozo originario, que deberá ser entubado.

La tercera propuesta en marcha pasa por hacer una excavación a cielo abierto de forma perpendicular o diagonal para alcanzar el fondo del agujero y llegar así al pequeño. «Se pondrán en marcha a medida que vayan llegando los medios», subrayó un portavoz de la Guardia Civil.

«Nadie está preparado exactamente para un rescate en estas condiciones», manifestó ayer la delegada del Gobierno en Málaga, María Gámez, quien insistió en que no se trata solo de llegar hasta el fondo del pozo y localizar a Yulen, sino de «conservar el hueco por donde se debe rescatar» al niño.