En España se registran más de 4.000 casos de tuberculosis al año, cifra que lo sitúa en el sexto país de la Unión Europea (UE) en número de nuevos afectados, solo por detrás de Rumanía, Polonia, Reino Unido, Alemania y Francia.

Según los datos difundidos este martes por la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ), en 2015 España registró 4.191 casos de tuberculosis, con una tasa de incidencia de nueve casos por cada 100.000 habitantes y figura entre los países europeos que más casos notifican de esta Enfermedad de Declaración Obligatoria (EDO).

En cifras absolutas se sitúa por detrás de Rumanía, (15.195 casos), Polonia (6.430), Reino Unido (6.240 casos), Alemania (5.885) y Francia (4.788), según los últimos datos disponibles del European Centre for Disease Prevention and Control (ECDC).

La tasa de incidencia española también se sitúa entre las más altas, por detrás de países como Rumanía con 76,5 casos por cada 100.000 habitantes, Lituania (51,6), Letonia (36,6), Bulgaria (23,0), Portugal (20,5), Polonia (16,9), Estonia (16,5), Croacia (11,5) y Reino Unido (9,6).

Los últimos datos del registro de Enfermedades de Declaración Obligatoria publicados por el Centro Nacional de Epidemiología del Instituto de Salud Carlos III reflejan que en el 2015 en España se notificaron 4.604 casos de tuberculosis, lo que supuso un descenso de 4,27 % respecto al 2014.

Las ciudades autónomas y autonomías con tasas más altas de tuberculosis son Ceuta (20,12 casos por cada 100.000 habitantes), Melilla (18,86) y Galicia (16,03).

En cambio, Extremadura repite con la tasa más baja (1,19), seguida de Castilla La Mancha (5,01) y Canarias (5.46).

Para la Separ, "las cifras de la tuberculosis en España muestran que esta enfermedad sigue siendo un problema de salud pública importante".

Diagnóstico precoz

Advierten de que el diagnóstico precoz identificando a los pacientes con más capacidad de contagio y a sus contactos, es fundamental para cortar su transmisión ya que, una vez detectados "disponemos de un tratamiento eficaz para curarla".

Sin el tratamiento correcto, la tuberculosis puede generar complicaciones importantes y una mortalidad significativa, alertan.

La tuberculosis es una enfermedad infecciosa que destruye el tejido pulmonar.

Se transmite de persona a persona, a través del aire, cuando el enfermo transmisor del bacilo (bacilífero), tose, estornuda o escupe.

Se estima que una cuarta parte de la población mundial tiene infección tuberculosa latente, es decir, están infectadas por el bacilo pero aún no han enfermado (y puede que no lo hagan nunca) ni pueden transmitir la infección.

Estas personas tienen un riesgo del 10 % de desarrollar la enfermedad.

La tuberculosis activa se caracteriza por síntomas como la tos, la expectoración (a veces con sangre en el esputo), dolores torácicos, debilidad, pérdida de peso, fiebre y sudores nocturnos, que pueden ser leves durante meses.

Estas personas pueden infectar a entre 10 y 15 personas más a lo largo de un año. De ahí la importancia del diagnóstico precoz.

La tuberculosis tiene cura, mediante un tratamiento consistente en la combinación de varios fármacos que deben tomarse durante seis meses.