«Ando de vacaciones desde hace un par de días, en un hotel cerca de la playa. Iba todo bien hasta que han comenzado a suceder cosas raras». Así empezaba el pasado lunes 21 de agosto un relato inquietante el dibujante Manuel Bartual, que acababó ayer al cabo de casi 400 microentregas en forma de tuit. Una de las cosas raras que han sucedido es la pasión que ha levantado la aventura de Bartual y su misterioso doble: muchos más de 300.000 seguidores se han incorporado a su cuenta de Twitter desde que empezó el relato, que llegó a superar los 430.000, para estupor del autor, que concluía. «Nunca imaginé esta repercusión»; «Yo solo quería contar una historia divertida».

La narración del dibujante de Orgullo y satisfacción, sin entrar en muchos detalles, empieza con la aparición de un extraño visitante en la habitación de su hotel. A este personaje se le añade un doble del propio Bartual, que le sigue los pasos. En este relato, el dibujante utiliza varios recursos que van más allá del simple texto. Retransmite su peripecia en un falso directo, fotografía y graba a sus supuestos perseguidores (sorpresa; es él mismo), descubre pistas, ofrece posibilidades interactivas, hasta un rompecabezas con trozos de papel higiénico, intuye un mundo paralelo, incorpora algún meme (solo uno con Chiquito de la Calzada, no abusa), explica que él mismo se persigue hasta su casa...

El hilo de Bartual ha generado a su vez réplicas. Las más curiosas, las de quienes denuncian (vaya agudez y perspicacia) que lo que explica el dibujante no le sucede realmente. «¡Fake!», clama esa fauna que es capaz de retuitear noticias de El Mundo Today. Otros encuentran que los 300 y muchos mensajes cargan. Los hay, en cambio, que han entrado en el juego. Pero estamos hablando de Twitter. Y quien juega a este juego, sabe a lo que se arriesga: que aparezca al instante el hater, presto a montarle una cruzada. A Bartual también le ha pasado, claro. Alguien le han recuperado las viñetas de su sección de chistes sobre sexo de hace años para echárselas en cara. Pero, claro, al hater le han salido sus haters. Daría para otra tuit-novela circular. ¿Se animará Bartual?