Uber y Cabify ya no operan en Barcelona. Ambas empresas anunciaron ayer que suspenden sus servicios en la ciudad después de que el Govern aprobase la regulación que limita la operativa de los VTC (vehículos con conductor) y ayer jueves fuese publicada en el Diario Oficial de la Generalitat de Cataluña (DOGC). Coincidiendo con la entrada en vigor, hoy, Uber y Cabify han cancelado su actividad.

Uber, Cabify, y la patronal de las empresas VTC, Unauto, lo habían avisado: con una regulación como la impulsada por Territorio y Sostenibilidad no había cabida para sus plataformas: aplicaciones móviles en las que se podía solicitar un vehículo VTC para un desplazamiento y después se pagaba una tarifa dependiendo del recorrido.

El sector del taxi, desde el primer día, se opuso a este tipo de servicio. La ley especifica una proporción de una licencia VTC por cada 30 de taxis, pero un vacío legal permitió la concesión de centenares de licencias VTC extra (varios empresarios vieron una posibilidad de negocio y el precio de estas se disparó). Mientras, las licencias de taxi en Barcelona siguen siendo las mismas que había en el año 2000 (alrededor de 10.500; pero incluso menos que las que había en los años 80), afectando a la proporción 1/30: con fecha 3 de enero, había un total de 12.549 licencias de taxi en Cataluña y 2.418 de VTC.

La normativa aprobada por el Govern -según Unauto, por las presiones del sector del taxi- introduce limitaciones a las VTC como que «ha de transcurrir un plazo mínimo de 15 minutos entre la contratación y la prestación efectiva del servicio». Asimismo, habilita al Área Metropolitana de Barcelona (AMB) y a los ayuntamientos a ampliar ese tiempo. Ello impacta en el negocio de Uber y Cabify: solo el 1% de los servicios que prestan cumplirían con esta condición. La Autoridad Catalana de la Competencia también declaró que el tiempo de espera es una medida «injusta y desproporcionada».

Con la entrada en vigor de la regulación, Uber y Cabify cumplen con sus avisos. Uber envió un mensaje a sus usuarios titulando «hasta pronto, Barcelona». En este, destaca que reabrieron operaciones en Barcelona hace ahora menos de un año. «Desde entonces, más de medio millón de personas nos habéis elegido para moveros por la ciudad. Y miles de conductores han encontrado en Uber una manera de ganarse la vida», afirma. «Hoy, sin embargo, tenemos malas noticias. Ante las restricciones a las VTC aprobadas por la Generalitat de Cataluña, nos vemos obligados a suspender el servicio de UberX en Barcelona», agrega. «La obligación de esperar 15 minutos para viajar en una VTC no existe en ningún lugar de Europa», concluye el comunicado.

En la misma línea se pronunció Cabify. En una nota, informó de su «expulsión de Cataluña»: «Cabify, empresa española con un millón de usuarios registrados en Barcelona, no puede sino lamentar que el conseller de Territorio y Sostenibilidad, Damià Calvet, haya cedido a la presión y exigencias del sector del taxi, perjudicando gravemente el interés ciudadano», explicó. «Las medidas artificiales y altamente restrictivas que este decreto ley impone de manera inmediata al sector VTC, destruyen por completo el mercado en el que se venía trabajando y gracias al cual se han generado más de 3.000 empleos en Cataluña», dijo.

CONSECUENCIAS

Unauto avisó de que diversas empresas VTC anunciarán la tramitación de ERTES y ERES, lo que supondrán la destrucción de 3.000 puestos de trabajo. De hecho, las empresas con más licencias VTC en Cataluña, Vector Ronda y Moove Cars, ya han avisado de despidos masivos que pueden afectar en total a unas 2.000 personas.

Otra consecuencia serán demandas millonarias contra la Generalitat, ha advertido Unauto. La patronal avisó que prepara «querellas criminales» contra el Govern de la Generalitat «y los implicados en actos políticos, legislativos y jurídicos», y reclamarán alrededor de 1.100 millones de euros en concepto de «daños y perjuicios» por los despidos masivos y por el negocio previsto que dejarán de tener.