La empresa Uber, prohibida en numerosos países, utilizó un dispositivo secreto para que sus chóferes pudieran burlar a la policía en aquellos lugares donde este sistema de transporte privado alternativo al taxi está vetado o sometido a estricta vigilancia por parte de las autoridades locales. Lo ha admitido, con matices, la compañía tras las revelaciones de 'The New York Times' que destapan las agresivas tácticas de la compañía que dirige Travis Kalanick.

Según el diario neoyorquino, la empresa de transporte privado utilizó un programa de espionaje informático llamado Greyball que permite recopilar información del cliente y negar el servicio si detecta que este usa la aplicación de manera inapropiada. Este sistema permitiría detectar a agentes de policía que traten de multar a los conductores de Uber. 'The New York Times' cita como fuente de información a empleados y exempleados de Uber.

El rotativo explica que Greyball formaba parte de un programa llamado VTOS ('violación de términos de servicio), que Uber creó para detectar a aquellos supuestos clientes que utilizaban el servicio de manera inapropiada. El programa empezó a utilizarse en el 2014 y sigue en uso, básicamente fuera de EEUU, con el visto bueno de los servicios jurídicos de la empresa.

Algunos de los lugares citados por el diario donde Uber emplea este método son París, Boston, Las Vegas, Italia, Australia, China o Corea del Sur. El rotativo sostiene que los servicios jurídicos de Uber dieron el visto bueno al uso de este sistema pese a los interrogantes éticos que supone. En un principio, Greyball debía ser una herramienta para eludir a competidores y a clientes peligrosos, pero Uber la ha acabado utilizando para burlar a la policía allí donde los agentes intentaban multarles por operar de manera irregular.

MOTIVOS DE SEGURIDAD

Uber ha emitido un comunicado en el que admite con matices el uso de este dispositivo. La firma con sede en San Francisco asegura que utilizó el programa en ciudades donde su servicio de transporte no está prohibido y aclara que lo hacía por motivos de seguridad, para evitar a personas malintencionadas que utilizaban la app no para hacer reservas reales sino para molestar.

"El programa busca evitar a los usuarios fraudulentos que violan los términos del servicio, que son gente que quiere agredir a los chóferes, alterar nuestras operaciones o competidores que se alian con las autoridades en operaciones secretas para atrapar a nuestros conductores", afirma un portavoz de Uber a la agencia AFP. El portavoz asegura que el sistema Greyball se utilizó especialmente en aquellas ciudades donde los chóferes temían por su seguridad, y solo "en ocasiones" para evitar a la policía.

La noticia sobre el espionaje de Uber coge a la firma con varios polémicas abiertas, más allá de los conflictos que tiene con los países y ciudades donde busca implantarse. Una se refiere al supuesto acoso sexual en la empresa denunciada por una extrabajadora. Y otra afecta al propio Kalanick, que se vio obligado a pedir disculpas tras tratar "irrespetuosamente" a un chófer.

Uber ha intentado operar en Barcelona, pero de momento no ha conseguido las licencias.