La Comisión Europea anunció ayer que acabará en mayo con la actual moratoria de cinco años contra los organismos genéticamente modificados (OGM) y autorizará la comercialización en la Unión Europea del maíz transgénico BT-11 de la multinacional suiza Syngenta. Los países contrarios a la autorización no lograron ayer formar una mayoría suficiente en el Consejo de Ministros de Agricultura de la UE para poder paralizar la medida.

Francia, Austria, Grecia, Portugal, Dinamarca y Luxemburgo votaron en contra de la autorización. España, Alemania y Bélgica se abstuvieron y el resto de los Quince votó a favor. Como ninguno de los dos bloques logró la mayoría cualificada requerida para aprobar o rechazar la decisión, la Comisión Europea pudo autorizar el maíz BT-11.

CAMBIO DE VOTO ESPAÑOL España, que durante la etapa de Gobierno del PP apoyó la autorización del nuevo transgénico, cambió ayer de voto y se abstuvo. Italia, que hasta ahora se había mostrado poco inclinada a autorizar nuevos transgénicos, votó por sorpresa a favor.

La delegación del Ministerio de Agricultura justificó el cambio de posición porque el nuevo Gobierno quiere tener más garantías sobre la seguridad y la falta de efectos secundarios negativos de los transgénicos antes de que sean autorizados.

Fuentes del Consejo de Ministros indicaron que el cambio de posición español fue también un gesto hacia Francia y Alemania, en retribución de la ayuda recibida para revisar la reforma del sector del aceite de oliva y del algodón.

El comisario de Salud y Protección de los Consumidores, David Byrne, anunció que el Ejecutivo comunitario proseguirá con sus planes para autorizar el BT-11. Byrne precisó que confiaba en que la decisión se adoptara formalmente antes de acabar mayo o a principios de junio. "No espero ninguna oposición en la Comisión Europea", añadió.

El comisario destacó que la Unión Europea debe autorizar los productos transgénicos que cumplan los requisitos comunitarios y después dejar en manos del consumidor la decisión de adquirir o no esos productos. Byrne recordó que la nueva normativa sobre etiquetado facilitará la decisión de los consumidores.