La depresión es ya casi una epidemia. La Asociación Médica Europea (EMA en inglés) alertó ayer de que cuatro millones de españoles padecen este trastorno, que crece imparable en todo el mundo. "Ya es la enfermedad mental más frecuente en Europa", advirtió Juan Manuel Mendive, responsable en España de este colectivo, que ha organizado para mañana el Día Europeo de la Depresión, para concienciar a la población.

La Organización Mundial de la Salud (OMS), que da soporte a la movilización sobre este problema de salud pública, prevé que en el año 2020 "la enfermedad será una de las causas más importantes de discapacidad en todo el mundo". España figura entre los cinco países de Europa con tasas más bajas. Sin embargo, se ha registrado un incremento. En el 2000, se calculaba que este proceso afectaba a unos tres millones de españoles.

Según Mendive, la enfermedad está claramente infradiagnosticada. En torno a un 20% de los que sufren este trastorno mental lo ocultan por timidez, por vergüenza, porque está considerado falsamente una debilidad de carácter o por el estigma que representa. De todos modos, resaltó que se ha producido un avance espectacular en el tratamiento de la enfermedad.

Los especialistas aseguran que un 75% de los pacientes pueden ser controlados en atención primaria y que solamente el 25% debe ser derivado a un especialista. Aunque el mal ya no presenta las connotaciones de antaño, todavía persiste cierta "estigmatización de la consulta psiquiátrica", es decir, que el paciente rehúsa acudir a los especialistas. "La realidad es que la persona afectada no puede salir sola del problema. En ocasiones falta el apoyo de la comunicación, el apoyo social", explicó Inés Llorente, psicóloga clínica de la asociación Alianza para la Depresión. Llorente afirmó que en los países desarrollados la tasa de depresión es más alta porque "se olvida al hombre en su totalidad y las preocupaciones se centran en las posesiones externas. Se tiene de todo, pero en realidad no se tiene nada más que soledad y vacío", lamentó.