El parque natural de Doñana cumple este 2019 sus 50 años de vida y celebra el aniversario de la peor forma posible: con una denuncia ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) contra el Gobierno de España por no proteger suficientemente las aguas subterráneas que alimentan este humedal, uno de los más importantes de Europa y zona de paso en la ruta migratoria de millones de aves. La Comisión Europea ha decidido llevar el asunto ante la justicia después de que los últimos informes alerten de que la sobreexplotación de los recursos hídricos del espacio protegido afecta ya a tres de las cinco masas subterráneas en las que se divide el parque y de que las administraciones «no hayan tomado las medidas adecuadas».

La decisión de la UE -anunciada ayer- de llevar el procedimiento abierto ante la justicia y exponer a España a una sentencia condenatoria, viene motivada porque entienden que «las medidas vigentes para garantizar la gestión sostenible de los recursos hídricos y la conservación de los hábitats de Doñana son insuficientes» y además «su aplicación es deficiente». El problema ya no es solo que se incumpla la directiva marco del agua, que exige que las masas de agua subterránea alcancen un «buen estado cuantitativo», es decir, que tengan suficiente agua para sostener los ecosistemas de los que dependen. La Comisión cree que tampoco se está haciendo nada por evitar el deterioro de los hábitats protegidos en este humedal.

Los últimos informes del Ministerio de Transición Energética, antes Medio Ambiente, constatan la tendencia negativa del acuífero en el último lustro: el agua sale a mayor velocidad de la que entra por las lluvias, un desfase que impide que los acuíferos subterráneos se llenen. Esos acuíferos son los que, junto a las aguas superficiales de los ríos, nutren el principal humedal del continente y uno de los que presenta mayor diversidad de ecosistemas.

SITUACIÓN INSOSTENIBLE

El toque de atención de la UE se remonta al 2010, cuando la asociación ecologista WWF planteó una denuncia por la sobreexplotación del acuífero y su repercusión en la fauna. En el 2014, la Comisión abrió un procedimiento de infracción que culminó en el 2016 con un dictamen contrario a España por una infracción de la directiva marco del agua, la directiva de hábitats y la directiva de conservación de las aves. Se dio de plazo hasta el pasado 1 de diciembre para enmendar la situación. Pero los informes remitidos por el Gobierno no parecen haber convencido a la UE.

«Se están desviando grandes cantidades de agua para la agricultura y para las necesidades de los turistas locales», reprocha la UE. Esta situación deja el espacio en una situación insostenible. «La disminución en los niveles de agua subterránea ha hecho que los hábitats dependientes del agua en los sitios Natura 2000 sean extremadamente vulnerables a las sequías», zanja en su resolución. Los informes científicos también dejan claro que los efectos de la escasez de agua ya se notan en el parque.

El Ministerio para la Transición Ecológica expresó ayer su «preocupación» por la denuncia de Bruselas ante la inacción a la hora de proteger los acuíferos de Doñana, y asegura que está “intensificando las acciones” para cuidar las masas de aguas subterráneas.