El secretario de Defensa de Estados Unidos, Colin Powell, y la vicepresidenta de la Comisión Europea, Loyola de Palacio, firmaron ayer el acuerdo, largamente esperado, que permitirá la compatibilidad de sus dos sistemas de navegación por satélite, GPS (norteamericano) y Galileo (europeo). Ambas tecnologías podrán recibirse sin problemas desde un mismo aparato cuando Galileo esté disponible, previsiblemente en el año 2008.

CAMBIO DE FRECUENCIA El acuerdo obligará a Galileo, de origen y uso civil (aunque destina una de sus frecuencias, PRS, a uso gubernamental), a cambiar la frecuencia de emisión y pasarse a la BOC1,1, que utiliza el GPS, de origen militar y uso también civil. Este extremo no era el deseado por la Unión Europea, pero hará posible mantener un nivel de calidad y servicio que permitirá mejorar la precisión del sistema.

Por su parte, Estados Unidos perderá la posición de monopolio que mantenía en la actualidad, pero no verá interferida su señal para usos militares. Según Loyola de Palacio, "la redundancia de los dos sistemas va a dar mucha más calidad a los usuarios" de esta tecnología.

LA SEGURIDAD Los 27 nuevos satélites más tres de repuesto que prevé Galileo para el 2008 se sumarán a los actuales 25 de GPS, lo que permitirá que, en caso de que un sistema se cerrara por razones de seguridad, el otro continuaría estando operativo para los usuarios. La seguridad es, precisamente, una de las obsesiones del ambicioso proyecto, que prevé la creación de una autoridad supervisora que examinará el trabajo de los operadores privados encargados de desarrollar los satélites.

Además, se desarrollará un centro de crisis, bajo la dirección del Alto Representante para la Política Exterior y de Seguridad Común de la Unión Europea, Javier Solana, que podrá dar instrucciones directas si se debe cortar la señal por una amenaza de seguridad, y que estará ligado a la OTAN.

La Unión Europea tiene acuerdos de cooperación sobre Galileo con China, que se ha comprometido a invertir 200 millones de euros (33.277 millones de pesetas), y con India, que podría llegar a los 300 millones (unos 50.000 millones de pesetas). Actualmente está en conversaciones con Israel, aunque en estos tres casos no se trata de buscar la compatibilidad entre sistemas, como ocurre con Estados Unidos, sino de implicar a los países en el desarrollo tecnológico del proyecto, ya que, por ejemplo, los israelís tienen unas tecnologías muy avanzadas en la navegación por satélite. México y Brasil también se han interesado por colaborar con Galileo.

LAS PRUEBAS Galileo prevé lanzar su primer satélite de prueba a finales del 2005 y, a continuación, seguirán 4 satélites más para verificar la validez de las órbitas. Se prevé que en el año 2020, el mercado anual para la industria de navegación por satélite sea de 300.000 millones de euros, con 3.000 millones de receptores en uso, la gran mayoría para usos civiles y particulares, como la navegación en automóviles, embarcaciones de recreo y turismo.