La Unión Europea permite desde el pasado viernes embarcar en los vuelos de su territorio bebidas y otros líquidos comprados por los pasajeros en aeropuertos extracomunitarios, siempre que el producto esté embalado en una bolsa de seguridad sellada por la tienda.

La medida es un primer paso para "aliviar las restricciones" sobre líquidos que impone la Unión Europea en sus aeropuertos, aunque afectará a un número "muy limitado" de productos, por lo que la mayoría de pasajeros no notará los cambios.

Hasta ahora, los líquidos en el equipaje de mano adquiridos en una tienda de un aeropuerto extracomunitario eran confiscados por las autoridades si el pasajero hacía una escala dentro de la UE. Bruselas espera poner fin en el 2016 a las restricciones de líquidos en el equipaje de mano, vigentes desde el 2006.