José Enrique Abuín Gey, El Chicle, rechazó ayer el intento de secuestro de una chica en Boiro (La Coruña) en la noche del 25 de diciembre del 2017 y constató que únicamente intentó robarle el teléfono móvil, mientras que ella, que reconoció ante el juez al acusado, declaró que este quería raptarla. Sin embargo, una de las pruebas más relevantes fue el audio que ella logró grabar porque estaba manteniendo una conversación por WhatsApp con un amigo y de manera accidental dirigió tal sonido a ese chat. En el registro se escucha la voz de un hombre que le advierte: «Si sigues gritando, te rajo».

La víctima contó ayer que Abuín Gey, asesino confeso de la joven Diana Quer, había intentado introducirla en el maletero mientras ella pedía «auxilio», aunque sus piernas siempre quedaron colgadas. La mujer, que nunca ha hablado con la prensa y que declaró tras un biombo para preservar su anonimato, rememoró la noche en la que, dijo, el acusado intentó en un primer momento robarle el teléfono móvil, efectivamente, pero, siempre según su versión, tras la negativa a dárselo, pues él habría tratado directamente de meterla como pudo en el maletero de su coche.

Su testimonio es en este extremo opuesto al del encausado, que negó tal hecho y afirmó que solo intentó apropiarse de su celular. La sala es la misma que lo juzgará por la muerte de Diana Quer, cuyo padre, Juan Carlos, siguió la sesión, a escasa distancia, apenas unos asientos, del presunto asesino de su hija. A su salida de los juzgados, Quer, emocionado, rompió a llorar y destacó «la enorme valentía de una niña» que sufre «un perjuicio emocional brutal después de esta agresión que sufrió». Mientras que al Chicle lo definió como «un depredador de niñas y de jóvenes» que ni siquiera es «capaz de levantar la mirada», y lo llamó «cobarde».

Durante la vista, la víctima de Boiro, cuya madre estuvo arropada por Juan Carlos Quer, recordó que en todo momento sujetó su teléfono, porque era la única forma que vio de salvarse, «para poder llamar a la policía o lo que fuese», puesto que la actitud del agresor era brusca.

El Chicle se enfrenta a un delito de detención ilegal o, alternativamente, uno consumado de coacciones, así como de un intento de agresión sexual, robo con violencia e intimidación en grado de tentativa, un delito de amenazas y otro de lesiones. La Fiscalía solicita para él un total de 15 años y diez meses de cárcel y un amulta de .