Mohamed Kamal aconsejaba en su obra, La mujer en el islam, que los golpes a las mujeres "se administren en unas partes concretas del cuerpo, como los pies y las manos", y también recomendaba el uso de "una vara no demasiado gruesa", o sea "fina y ligera", para "no dejar cicatrices o hematomas". La condena de Kamal fue la primera en España por hacer apología de la violencia de género.