Unicef advirtió ayer del aumento de los casos de sarampión a «niveles alarmantes» en todo el mundo y subrayó que casi el 75 % de la subida total se registró en diez países. El Fondo de la ONU para la Infancia precisó en un comunicado que 98 países registraron en el 2018 un aumento del sarampión, una enfermedad que como precisa la organización, es «fácilmente prevenible pero potencialmente mortal».

«Estos casos no han aparecido de la noche a la mañana. Los graves brotes que vemos hoy surgieron en 2018. Si no actuamos, mañana veremos consecuencias desastrosas en los niños», dijo la directora ejecutiva de Unicef, Henrietta Fore, que agregó que la vacuna contra esta enfermedad es «segura, eficaz y barata».

Entre las principales causas del aumento de los brotes, Unicef destaca las infraestructuras sanitarias deficientes, los enfrentamientos civiles, la falta de concienciación de algunas comunidades, la autocomplacencia o la duda ante las vacunas.

Unicef apunta que por estas razones tan variadas los brotes han aparecido tanto en países desarrollados como en países en vías de desarrollo. Por orden, de mayor a menor, los diez países en los que más aumentaron los casos de sarampión fueron Ucrania, Filipinas, Brasil, Yemen, Venezuela, Serbia, Madagascar, Sudán, Tailandia y Francia.

Advirtió, además, de que el sarampión es más contagioso que el ébola, la tuberculosis o la gripe y de que «una vez que se produce el contagio, no hay tratamiento específico para combatirlo».

«El virus puede contraerse hasta más de dos horas después de que alguien que lo tenga haya abandonado una habitación. Se propaga por el aire e infecta el tracto respiratorio, y puede matar a los niños con desnutrición o a los bebés más pequeños, todavía sin vacunar», agrega la nota de UNICEF.