El plan Bolonia, la precariedad laboral e internet. La combinación de estos tres elementos está detrás de la proliferación de páginas web dedicadas a la realización de trabajos académicos por encargo. Este tipo de fraude, cuyo alcance es difícil de determinar, inquieta a unas universidades españolas preparadas tecnológicamente para combatir el plagio pero con serias dificultades para erradicar este nuevo fenómeno.

No es necesario bucear en la deep web para hacer un encargo. Aunque su actividad principal persigue defraudar a las universidades -y al Ministerio de Ciencia y Universidades, que será el que emitirá finalmente un título si es un grado o máster oficial-, estas páginas operan con total impunidad. Basta con googlear las palabras adecuadas para encontrar numerosas páginas web especializadas en la realización de trabajos universitarios. Algunas de las empresas mejor colocadas en los buscadores son Aprueba Todo, No Hagas Nada y Pacsolver. Las tres han declinado participar en este reportaje haciendo caso omiso a los correos electrónicos de EL PERIÓDICO.

Expertos penalistas consultados por este diario reconocen que es difícil incardinar este fenómeno en un hecho delictivo concreto aunque se puede hablar de falsedad documental desde el momento en que los documentos elaborados por estas páginas sirven para la obtención de un título de una administración pública.

Las webs que ofrecen trabajos universitarios no solo cometen un delito que puede tener como consecuencia el inicio de expedientes disciplinarios y de procedimientos judiciales, sino que alientan a los estudiantes a cometerlo. «¿Estás cansado de hacer los trabajos que te exige la universidad? ¿Quieres tener más tiempo libre?». Así se presenta No Hagas Nada en la portada de su web. «Pruébalo una vez y seguro que repetirás», apostillan en el apartado Preguntas más frecuentes.

Una de las máximas de Aprueba Todo es la siguiente: «Invertir en formación es una de las mejores cosas en las que puedes emplear tu dinero». Justo debajo, con un tamaño de letra bastante más pequeño, asoma la picaresca: «Consíguelo mientras disfrutas de tu tiempo libre, tu familia y amigos».

Algunas páginas se presentan como webs de formación a distancia, aunque parece evidente que sus clientes aprenden más bien poco cuando hacen pasar por suyo un ejercicio en el que solo han invertido dinero.

PLAN BOLONIA / El plan Bolonia o la implantación del sistema universitario homgéneo europeo, vigente en España desde el 2010, es uno de los ingredientes del fenómeno, responsable indirecto de la aparición de esta estafa. Estas webs encontraron hace unos cinco años un nicho de mercado en la implantación de un modelo educativo que más allá de unificar criterios educativos en todos los centros europeos también se caracteriza por incluir multitud de prácticas en las asignaturas y un horario normalmente extensivo. Ya no basta con estudiar solo para el examen. «Con el plan Bolonia es complicado estudiar y trabajar; y conozco gente que necesita trabajar y encarga algunos trabajos para centrarse únicamente en los exámenes porque suelen ser de tipo test», explica Ángela, que prefiere no revelar su verdadero nombre para evitar represalias.

Ángela, movida por una mezcla de curiosidad e indignación, envió un currículo a una de estas páginas. «Únete a nuestro equipo de expertos para realizar trabajos a estudiantes y ganar dinero desde casa», reza una de estas webs. Buscan licenciados o graduados sin trabajo, pero también estudiantes que encuentran en estos trabajos extras una manera de sacarse algo de dinero.

Ángela se dio de alta en una de estas webs, donde los candidatos deben detallar su área de conocimiento, y adjuntó su currículo. Solo 24 horas después era admitida y comenzó a recibir encargos. Si quería optar por alguno, tenía que poner un precio a sus servicios y entraba en una especie de puja a la baja. En otras palabras, el que trabajaba por menos dinero, se lo llevaba.

El mercadeo entre colaboradores y los responsables de las webs se produce de espaldas a los clientes finales. Para estos últimos, el precio depende principalmente del número de páginas o palabras, pero también del proyecto que se encargue. Son precios cerrados. En páginas como No Hagas Nada es posible pedir presupuesto con unos pocos clics en el apartado tarifas. Por poner un ejemplo, un trabajo de 10 páginas cuesta 72,50 euros. Por algo más extenso, unas 30 páginas, se paga 217,50 euros.