Otro escándalo de abusos sexuales y de encubrimiento e inacción por parte de una institución sacude Estados Unidos. Esta vez es en la Universidad del Sur de California (USC), en Los Ángeles. Y el protagonista es George Tyndall, el hombre que durante casi tres décadas ejerció como principal ginecólogo para decenas de miles de estudiantes en el campus privado más antiguo del estado, pese a que casi desde que llegó al puesto hubo quejas sobre su comportamiento inapropiado.

Los artículos de Los Angeles Times han provocado una tormenta que, de momento, se ha traducido ya en siete demandas; crecientes llamadas a la dimisión de Max Nikias, el presidente del campus desde el 2010; y reclamaciones de una investigación por parte de China, de donde son muchas de las estudiantes.

Tyndall, que ahora tiene 71 años, empezó a desempeñar sus funciones como principal ginecólogo de la USC en 1989. Desde casi el primer momento parte del personal médico denunció a sus superiores algunas de sus prácticas, como que tomara numerosas fotos de los genitales de las pacientes. En los años siguientes siguieron acumulándose las quejas, que incluían tocamientos inapropiados.

Las quejas cayeron todos esos años en saco roto. Solo cuando en el 2016, la jefa de las enfermeras elevó sus protestas hasta la responsable del órgano universitario que lidia con las violaciones esta identificó claramente que se trataba de abusos. Poco después se localizó una caja de fotos en el despacho de Tyndall y la universidad le suspendió el empleo (pero no el sueldo) y se abrió una investigación interna. En el 2017, Tyndall dimitió tras llegar a un acuerdo económico con el centro. Los responsables del campus no informaron de nada a las pacientes ni tampoco a la Junta Médica de California.