La obligación de que los conductores utilicen un chaleco reflectante si se bajan del vehículo en una carretera, que entrará en vigor el próximo sábado, ha sido aprovechada por fabricantes con pocos escrúpulos. El 17% de las prendas que se comercializan presentan defectos graves para la seguridad debido a que sus elementos reflectantes no son visibles a las distancias requeridas, afirmó ayer la directora general de Consumo, Angeles Heras, que instó a los comerciantes y a las comunidades autónomas a retirarlos del mercado.

Consumo se ha basado en un estudio del Real Automóvil Club de España (RACE) sobre una muestra de cien chalecos adquiridos en toda España. Un análisis a fondo de los mismos ha revelado que el 83% incurren en algún tipo de irregularidad. En algunos casos se trata de defectos en el etiquetado. En otros de ausencia de folleto de instrucciones o de certificación mal efectuada. Ninguno de ellos es un obstáculo insalvable para que puedan usarse.

ANALISIS DE LABORATORIO Los análisis de laboratorio han detectado, sin embargo, que en el 17% de los casos, las bandas reflectantes están confeccionadas de modo tan chapucero que no reflejan la luz como requiere la actual normativa. Según ésta, la prenda debe ser visible de noche a 150 metros de distancia.

¿Cómo se puede estar razonablemente seguro de que se adquiere un chaleco con garantías? Tanto Tráfico como Consumo aconsejaron ayer acudir a centros comerciales y tiendas de repuestos de reconocida solvencia y no ahorrar en la compra. "El mensaje es el siguiente: no compren chalecos de dos euros en un mercadillo", resumió gráficamente el director general de Tráfico, Pere Navarro.

La directora de Consumo indicó al respecto que las grandes superficies que vendían chalecos no ajustados a las normas ya los han retirado a indicaciones suyas e incluso se han comprometido a canjear los buenos por los malos a quienes reclamen.

El problema que comporta usar un chaleco poco adecuado es de seguridad, ya que no entraña el peligro de la multa. Navarro explicó que los agentes que los detecten estas prendas informarán a los conductores y les pedirán que las cambien.

Apearse del vehículo en una vía interurbana costó la vida el año pasado a 19 personas en toda España. La mayoría estaban subiendo o bajando del coche sin ninguna protección para atender una avería y fueron arrollados por vehículos que circulaban a gran velocidad, según explicó ayer el director general de Tráfico, Pere Navarro, motivo por el que llevó a Tráfico a imponer la prenda como obligatoria. Con ella se espera en reducir en número de víctimas que cada año se produce por esta causa.