Cuando un cliente entra en una página web para comprar algún producto o solicita un servicio, facilita unos datos sobre su identidad que no tienen por qué ser los reales, hasta el punto de que uno de cada tres usuarios miente sobre su identidad en internet.

Esa es la conclusión a la que ha llegado la 'startup' española especializada en la verificación de información de personas físicas en tiempo real Hocelot.

El problema de mentir en la red no es baladí, pues supone para las empresas unas pérdidas anuales de hasta 1.600 millones de euros en España y más de 80.000 millones a nivel mundial. Eso, sin tener en cuenta que es un fraude difícil de detectar.

La empresa no conoce al hipotético comprador de un producto porque, a la hora de hacer el estudio de mercado, la persona a la que se le pregunta le ha mentido sobre alguna característica personal básica, como puede ser su edad, el sexo o el lugar de residencia. Y si la empresa hace caso a este farsante cibernético, las pérdidas pueden ser millonarias.

Ser quien quieres ser

En la misma línea, solo un 16% de las personas son del todo honestas cuando hablan de sí mismas en internet. Y es fácil imaginar el motivo: el ciberespacio proporciona un amplio y anónimo mundo en el que se puede ser quien siempre se ha querido ser.

Pero, además, es común la creencia de que todos los internautas mienten o tergiversan la realidad, ya sea para garantizar su privacidad, para sentirse más protegidos o para parecer más atractivos en las páginas web de encuentros sexuales.