Un nuevo estudio liderado por el Beth Israel Deaconess Medical Center (BIDMC), en Boston (EEUU), alerta del uso extendido de la aspirina entre los estadounidenses mayores de 40 años para prevenir enfermedades cardiovasculares. Pese a que durante años existió un consenso médico que defendía la toma diaria de dosis bajas de aspirina para prevenir infartos y accidentes cerebrovasculares en personas con riesgo a padecerlos, tres ensayos clínicos del 2018 ponen en duda esta medida e, incluso, aseguran encontrar «pocos beneficios y riesgos de sangrado» asociados al uso diario de la aspirina.

Ahora, las instituciones sanitarias desaconsejan el uso rutinario de la aspirina en los mayores de 70 años y en aquellas personas que, aun sin haber padecido ninguna enfermedad cardiovascular (como un infarto o isquemia cerebral), sí tienen riesgos de sangrado. La investigación alerta de que el uso de la aspirina está generalizado en grupos de riesgo como ancianos y adultos con úlceras pépticas (un tipo de llagas dolorosas en el revestimiento del estómago). El equipo descubrió que una cuarta parte de los adultos de 40 años o más sin afectaciones cardiovasculares, unos 29 millones, consumía aspirina diariamente con el objetivo de prevenir enfermedades cardíacas. Y, de estos, 6,6 millones de personas lo hacían sin recomendación médica.