El Gran Maestro de la Orden de Malta, Matthew Festing, de 67 años, presentará su dimisión después de que se lo haya pedido el papa Francisco tras las últimas disputas que se han producido entre el Vaticano y esta institución católica que opera en el ámbito social y médico en 110 países. Así lo ha confirmado este miércoles un portavoz de la Soberana Orden Militar de Malta, que precisó que aunque el Gran Maestro ha accedido a dimitir, para que esta sea efectiva se necesitan varios pasos institucionales.

El papa Francisco le reclamó la dimisión a Festing la tarde del martes durante una audiencia privada después de que esta institución hubiera rechazado una inspección de la comisión nombrada por el Pontífice para aclarar el controvertido cese del Gran Canciller de la Orden de Malta, Albrecht Freiherr von Boeselager.

La dimisión de Festing es un movimiento prácticamente inédito en la historia de esta orden de caridad afincada en Roma y fundada en el siglo XI. Habitualmente, los grandes maestros de la orden mantienen el cargo de forma vitalicia. "El Papa le ha pedido que dimita y él ha aceptado", ha subrayado el portavoz. La dirección de la institución recaerá ahora en el número dos hasta que se elija un nuevo Gran Maestro.

El origen de la agria disputa entre Festing y el Vaticano está en el cese por parte de la orden de Von Boeselager, al parecer porque este había autorizado el uso de preservativos en un proyecto médico destinado a personas en situación de pobreza. Según Von Boeselager, el tema de los condones ha sido la excusa de Festing y del cardenal Raymond Leo Burke, un ultraconservador que considera que Francisco es demasiado liberal, para aumentar su poder en Roma.

De acuerdo con el cesado, él suprimió dos proyectos en marcha en países en desarrollo cuando descubrió que en el marco de estos se estaban repartiendo condones pero decidió mantener un tercero, que también incluía la distribución de preservativos, porque consideró que si lo suprimía habría eliminado todo el acceso a servicios médicos básicos a un colectivo en situación de pobreza.

La Iglesia no permite el uso de preservativos como método de control de la natalidad ni para evitar la transmisión de enfermedades sexuales. Sin embargo, el papa Francisco ha reclamado a los miembros de la Iglesia a evitar las lecciones morales y a mostrar compasión con aquellos que no pueden vivir siguiendo las normas del Vaticano, especialmente con los pobres.

Tras el cese, el Gran Canciller recurrió al Papa, que ordenó la creación de una comisión de cinco miembros para investigar las inusuales circunstancias del cese. Sin embargo, Festing se negó a cooperar y calificó de ilegítima la comisión por considerar que invadía la soberanía de la orden. La dimisión de Festing es pues el último giro de una batalla entre los jefes de dos de las instituciones más antiguas del mundo.

La Orden de Malta es una institución formada exclusivamente por hombres que no son clérigos pero hacen votos de pobreza, castidad y obediencia al Papa. En la actualidad, tiene 13.500 miembros, 25.000 empleados y 80.000 voluntarios en todo el mundo. La orden se creó en el siglo XI para proteger y dar atención médica a los peregrinos que iban a Tierra Santa. Con carácter de entidad soberana, mantiene relaciones diplomáticas con más de 100 estados y tiene un observador permanente en la ONU.