El secretario general del Sínodo de Obispos, el cardenal Lorenzo Baldisseri, ha convocado oficialmente la segunda reunión en el Vaticano para discutir sobre la familia. Así, ha anunciado que el próximo Sínodo de la Familia tendrá lugar del 4 octubre al 25 octubre del 2015 y se articulará bajo el tema 'La vocación de la misión de la familia en la Iglesia y en el mundo contemporáneo'.

Baldisseri ha subrayado la necesidad de que los círculos menores, los grupos de unas 20 personas, que están trabajando en la segunda fase de esta III Asamblea General Extraordinaria del Síndo, reflexionen sobre los temas que no han sido afrontados, que han sido dejados a un lado y que tendrán que estudiarse en el próximo Sínodo convocado para el año que viene. Por eso, ha subrayado que la conclusión deberá ser también una indicación que sugiera otros temas para abordar en la segunda fase.

El relator general del Sínodo, el cardenal húngaro Peter Erdö, expone este lunes durante la undécima Congregación general la 'Relatio post disceptationem', el resumen de las 265 intervenciones sobre los desafíos de la familia en el contexto de la nueva Evangelización.

Respecto a los homosexuales, los obispos se preguntan: ¿estamos en grado de recibir a estas personas, garantizándoles un espacio de fraternidad en nuestras comunidades?, ¿nuestras comunidades están en grado de serlo, aceptando y evaluando su orientación sexual, sin comprometer la doctrina católica sobre la familia y el matrimonio?.

MATRIMONIO HOMOSEXUAL, SIN EQUIPARAR

Ante estos interrogantes, los obispos no sacan conclusiones y se limitan a afirmar que la cuestión de la homosexualidad "requiere una reflexión seria sobre cómo elaborar caminos realistas de crecimiento afectivo y de madurez humana y evangélica integrando la dimensión sexual". Para los participantes en este Sínodo sobre la familia, este tema "se presenta como un importante desafío educativo".

Los obispos afirman que han tomado en consideración durante los últimos días que "hay casos en que el apoyo mutuo, hasta el sacrificio, constituye un valioso soporte para la vida de las parejas". Y aseguran que "la Iglesia tiene atención especial hacia los niños que viven con parejas del mismo sexo, reiterando que en primer lugar se deben poner siempre las exigencias y derechos de los pequeños".

No obstante, en este apartado los miembros de la Iglesia católica reiteran que para ellos "las uniones entre personas del mismo sexo no pueden ser equiparadas al matrimonio entre un hombre y una mujer". Y concluyen que sobre este tema "no es aceptable que se quieran ejercer presiones sobre la actitud de los pastores o que organismos internacionales condicionen".

"REALIDAD POSITIVA" DE MATRIMONIOS CIVILES

Los participantes también coincidieron en tener en cuenta los valores positivos de las parejas unidas por lo civil o en convivencia. "Una sensibilidad nueva de la pastoral actual consiste en acoger la realidad positiva de los matrimonios civiles y, reconociendo las debidas diferencias entre las convivencias. Es necesario que (...) indiquemos también elementos constructivos en aquellas situaciones", se lee en la relación.

Durante el debate los obispos han destacado el aumento de los casos de parejas que no se casan por la Iglesia, pero también el número creciente de aquellos que, después de haber vivido juntos desde hace mucho tiempo, solicitan la celebración del matrimonio en la Iglesia.

Para los obispos, la convivencia "es a menudo elegida a causa de la mentalidad general, contraria a las instituciones y a los compromisos definitivos", pero también por la falta seguridad económica, ya que además en muchos países las parejas consideran que "casarse es un lujo, de modo que les empuja a vivir en uniones".

Los obispos animan a las diócesis a acoger "los valores familiares auténticos o al menos el deseo de ellos" que existen en estas uniones, pero señalan que es necesario. No obstante, los obispos instan a abordar estas situaciones "de manera constructiva" y a intentar "transformarlas" hacia "un matrimonio y una familia a la luz del Evangelio" con la ayuda del "testimonio atractivo de auténticas familias cristianas".

Las nueve páginas de la "Relatio post disceptationem" servirán ahora al Sínodo de base para los trabajos de los llamados "círculos menores", grupos divididos por idiomas para preparar el documento final que será entregado al papa Francisco a finales de semana