Un equipo de arqueólogos argentinos y españoles ha documentado, por primera vez en un yacimiento europeo, una secuencia de vertebrados de entre hace 1,2 y 1 millón de años, que, además, han revelado que en aquella época se produjo un fuerte cambio climático.

Los fósiles de estos vertebrados han sido hallados en el yacimiento de Quibas, en el término de Abanillas (Murcia), según ha informado el Instituto Catalán de Paleoecología Humana y Economía Social (IPHES).

Los arqueólogos del IPHES y del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) de Argentina han documentado a través de estos restos que hubo una transición climática, de etapa interglacial a glacial, nunca antes registrada en un lugar paleontológico europeo con vertebrados de este periodo.

ENTORNO DE ATAPUERCA Y ORCE

Según los investigadores, que han publicado su trabajo en la revista 'Scientific Reports', con estos hallazgos se podrá contextualizar el entorno ambiental de las primeras poblaciones humanas del sur de Europa junto con otros yacimientos como Atapuerca y Orce.

Ardillas, ratones de campo, topos, lirones, conejos, hasta cinco especies de murciélagos, musarañas, tortugas, lagartos, -uno de ellos, sin patas, permitió definir una nueva especie-, víboras, serpientes, sapos y dragones fueron algunos de los habitantes de la localidad murciana de Quibas hace entre 1,2 y un millón de años.

Dado que cada uno de estos animales vive en unas condiciones ambientales concretas, los arqueólogos han podido detectar cambios climáticos registrados en el propio yacimiento e inferir el paisaje en los diferentes momentos de su formación. Así, han determinado el paso de un periodo interglacial a un glaciar por primera vez en Europa en un yacimiento con presencia de vertebrados de aquella cronología.

PEQUEÑOS VERTEBRADOS

Concretamente, han observado un cambio significativo en la composición de pequeños vertebrados entre los niveles más antiguos (entre 1.200.000 y 1.070.000 millones años) y los más recientes (entre 1.070.000 y 990.000 millones de años).

Este cambio implica la desaparición en los niveles más jóvenes de especies asociadas a hábitats boscosos y acuáticos como la ardilla y la musaraña acuática, así como una disminución en la diversidad de murciélagos.

Entre los reptiles, este cambio se observa con la aparición de especies con una preferencia por áreas secas y de matorral como la tortuga, la víbora hocicuda y la serpiente verde.

CAMBIO DEL TERRENO

Los paleoecólogos concluyen que se produjo un cambio ambiental de unas condiciones más húmedas y boscosas hacia el incremento de superficies abiertas de matorral.

En Quibas, los datos cronológicos obtenidos por los investigadores con el estudio de los vertebrados (biocronología) los han combinado con la información conseguida por paleomagnetismo (orientación del campo magnético de la Tierra, que se invierte periódicamente y deja huella en las rocas) para obtener una edad precisa del yacimiento.

OPORTUNIDAD ÚNICA

Los cambios registrados en Quibas hace entre 1,2 y un millón de años lo convierte en único en su edad, ya que implica que por primera vez en Europa se ha constatado una sucesión de vertebrados fósiles de esta cronología en este continente.

Según los investigadores, este yacimiento ofrece "una oportunidad única" para ampliar el conocimiento sobre el contexto faunístico y paleoambiental para este periodo de tiempo.

Por ello, según el IPHES, esta investigación es una importante contribución para entender mejor la composición de vertebrados de los ecosistemas del suroeste de Europa durante esta fase de transición del Pleistoceno inferior al medio, así como los cambios climáticos que hubieron en aquel momento.