El físico Stephen Hawking es famoso por sus polémicas declaraciones. Por ejemplo, últimamente suele repetir que la humanidad debería abandonar la Tierra, postrada por el cambio climático, y colonizar otros planetas. El culto a la personalidad de este científico es tal que unas declaraciones suyas sobre una oscura teoría cosmológica, pronunciadas en el programa de televisión estadounidense Star Talk el 2 de marzo, han desencadenado un frenesí mediático. Desde entonces, circula la noticia de que Hawking sabe lo que ocurrió antes del Big Bang. Aunque Hawking se limita a repetir, en términos más bien técnicos, una teoría que formuló en 1983 con el físico James Hartle.

La hipótesis, conocida como propuesta del Universo «sin frontera» o estado de Hartle-Hawking, tiene una respuesta clara a la pregunta de qué hubo antes del Big Bang, hace 13.800 millones de años. «No había nada antes del Big Bang», resume Hawking, sencillamente porque no hubo ningún antes: el tiempo nació junto con el Universo.

«Hace décadas que Hawking formuló esa propuesta. Es difícil decir si ha tenido alguna intuición nueva al respecto», afirma Jaume Garriga, investigador de la Universidad de Barcelona y colaborador de Hawking en los 90. Sus colaboradores más estrechos dicen que se hace cada vez más difícil comunicarse con él, por su edad y la enfermedad.

«Uno puede pensar en el inicio del tiempo como si fuera el polo sur», explica Hawking en la entrevista. «No hay nada al sur del polo sur, así que no hay nada antes del Big Bang», prosigue. Esta teoría, explica el científico, se basa en la relatividad de Einstein, según la cual el espacio-tiempo se pueden imaginar como una superficie curva, que en lugar de dos dimensiones, como sería una superficie normal, tiene cuatro (tres del espacio y la del tiempo).

Si se deforma una superficie normal para obtener una esfera, se obtiene una superficie que no tiene contornos. La teoría de Hawking asume que el espacio-tiempo tiene una estructura parecida, y tampoco tiene contornos. De ahí la expresión «sin fronteras».

En julio, relata Garriga, Hawking publicó un artículo titulado Una salida suave de la inflación eterna, junto con Thomas Herdog. En el trabajo, Hawking y Herdog partían de la idea del Universo sin fronteras para extraer una conclusión: la impetuosa expansión inicial que se produjo justo después del Big Bang dejó un Universo muy homogéneo. «La teoría dominante se inclina por un Universo muy inhomogéneo», dice Garriga.

El artículo respondía a otro de abril de Turok, con título opuesto: No hubo un inicio suave del espacio-tiempo. Turok replicó en agosto al artículo de Hawking con un taxativo: «No hay rescate por la teoría sin fronteras». Hawking dejó entrever las implicaciones filosóficas del debate. La teoría clásica del Big Bang lo considera una singularidad: una acumulación de materia y energía en un punto infinitamente pequeño. En estas condiciones las leyes de la física dejarían de estar vigentes. «Esto implicaría que la ciencia no es capaz de prever cómo el Universo habría empezado. Al contrario, habría que apelar a un actor externo al Universo», afirma Hawking. Su teoría, al reemplazar la singularidad con una superficie sin contornos, eliminaría esa interpretación.