El homenaje a los 80 fallecidos en el accidente ferroviario de Angrois (Santiago), donde descarriló un tren Alvia el 24 de julio del 2013, regresó ayer a la curva del siniestro, en el sexto aniversario, con la promesa de supervivientes y familiares de luchar para que se sepa la verdad de lo ocurrido allí.

Las víctimas denuncian que «la verdad oficial» desde aquel día consiste en que el único responsable de lo sucedido fue el maquinista, que conducía con un exceso de velocidad. Sin embargo, el exjefe de seguridad de Adif también está imputado en la causa, pendiente del juicio oral, por un incorrecto análisis de riesgos en la línea que, de haberse hecho, habría permitido detectar y minimizar el peligro de la curva de A Grandeira. Además, los afectados creen que Renfe también tiene responsabilidades en el caso.

«No nos vamos a callar ni nos vamos a olvidar», avisó Asunción Ferreiro, una de las integrantes de la plataforma de víctimas, que perdió a su hija en la tragedia. En su intervención durante el acto de recuerdo a los que fallecieron hace ahora seis años, Ferreiro dijo sentir el «mismo dolor o incluso más» que entonces, al sumarse la «decepción infinita e innecesaria» de «saber que la verdad no ha sido suficiente» para lograr «justicia».

La mujer citó a Federico García Lorca para advertir de que «lo que se calla se olvida» y reivindicó que su lucha seguirá, «juntos», para conseguir depurar las responsabilidades «penales, políticas y técnicas» por el accidente. «Para tener así un poco de paz», agregó. Otra interviniente, Conchi Díaz, que también perdió a un hijo, dijo que no se pueden «quedar callados». «Los vivos piden justicia», dijo. Un portavoz de la asociación de vecinos de Angrois censuró el «cuadro amnésico» que sufren los políticos, a los que acusó de «incompetencia, avaricia y pasividad».