El temporal de viento y oleaje seguía azotando ayer el norte de la Península, ocasionando cuantiosos daños materiales a lo largo de la franja costera desde Galicia al País Vasco y afectando al tráfico aéreo en la zona, con el desvío de varios vuelos, mientras empezaban a cuantificarse los destrozos. Miles de hogares sufrieron ayer por los cortes de luz en Galicia. Y es que la entrada de una nueva borrasca atlántica afectó especialmente a esta comunidad, aunque las alertas por fuertes vientos se activaron en 35 provincias.

En Santander diversas placas metálicas en la entrada de Urgencias de la Residencia Cantabria se desprendieron, y en Oviedo el viento arrancó gran parte de la cubierta metálica del centro territorial de Televisión Española, que cayó sobre varios coches aparcados en las inmediaciones sin causar heridos. Y en Asturias se está investigando si fue el temporal el causante del derrumbe de parte de un edificio deshabitado en Figaredo, que cayó sobre una ambulancia y un turismo, dejando tres heridos leves.

Mientras tanto, el Ayuntamiento de San Sebastián continuaba con el recuento de los perjuicios causados por el temporal marítimo del pasado fin de semana, que sobrepasan ya los 5,5 millones.

Y mientras el carrusel de temporales no amaina, la naviera Murueta, la propietaria del carguero vasco Luno que se partió el miércoles en dos --y ayer en tres-- a causa del fuerte oleaje a la entrada del puerto de Bayona (Francia), aseguró ayer que "ya están en curso las medidas necesarias" para la extracción del combustible del buque y "evitar cualquier derrame". Las once personas que formaban la tripulación fueron rescatadas en helicóptero junto al práctico del puerto de Bayona, que también estaba a bordo.