El viento y fuerte oleaje han vuelto a causar en las últimas horas nuevos siniestros en el litoral cantábrico, que se suman al ya abultado parte de daños que se ha venido registrando en lo que va de invierno.

En la playa de Somo, en Cantabria, las olas derribaron en la madrugada del viernes al sábado la mitad de las terrazas de un bloque de viviendas que se encuentra situado en primera línea de la costa. Estas viviendas ya se vieron afectadas por otro temporal que tuvo lugar a principios del mes de febrero, cuando también el fuerte oleaje dejó al descubierto los cimientos de las terrazas.

En uno de los chalés se ha llevado casi hasta la puerta de entrada, aunque en el interior de las casas no hay daños.

Ayer, una pala excavadora retiraba ya algunas de las planchas de hormigón que formaban esas terrazas. El alcalde del municipio de Ribamontán al Mar --al que pertenecen las viviendas--, Francisco Asón, precisó que no fue necesario desalojar a los vecinos de las viviendas.

En Asturias, el destrozo más grave fue en el pueblo de Blimea, donde el viento derrumbó parte de una pared de la cancha deportiva del colegio. Fue el suceso más grave y sucedió, por fortuna, durante la mañana del viernes, sin nadie alrededor, así que no hubo que lamentar más daños que los materiales.