La reciente operación del Departamento de Justicia de EEUU se dirige no sólo contra los altos volúmenes de mensajes que supone el spam o correo basura, sino contra una de sus derivaciones más peligrosas: el phising o estafas al usuario a través de páginas que plagian las de una empresa conocida y donde el internauta compra o da sus datos bancarios engañado.Un estudio de la empresa de seguridad Sophos apuntaba que EEUU es, de lejos, el primer remitente de spam

del mundo, con el 42,5% de los mensajes. Le siguen Corea del Sur (15,4%), China (11,6%) y Brasil (6,2%). España envía el 1,16% de los mensajes. Muchos virus se hacen para recoger direcciones.