Un brusco volantazo a una velocidad excesiva fue la causa del terrible accidente que la madrugada de ayer se cobró la vida de tres jóvenes en la Ronda Litoral de Barcelona e hirió de gravedad a otros dos.

Los cinco, de edades comprendidas entre 18 y 20 años, circulaban en el mismo coche, un BMW, que quedó destrozado tras colisionar contra el muro de la salida 24 de la ronda. Ningún otro vehículo se vio implicado en el siniestro.

Los dos supervivientes pudieron relatar ayer que, cuando el coche estaba a la altura de la salida 24, junto al recinto del Fórum, el copiloto indicó al conductor que ésa era la salida que debía tomar para ir al restaurante al que iban a cenar. El joven que iba al volante realizó una maniobra brusca que le hizo perder el control del vehículo y se empotró lateralmente en la mediana.

Mientras los familiares de los fallecidos organizaban ayer sus funerales, los Mossos d´Esquadra se esforzaban en concretar las causas del accidente. Ayer por la tarde, con luz de día, agentes de tráfico especialistas en reconstrucción de accidentes se acercaron al escenario de la colisión. Allí comprobaron que los más de 200 metros de frenada que había dibujados en la calzada no correspondían al BMW siniestrado, contra lo que se pensaba la noche anterior.

"No hay ni una sola huella de frenada", reconoció un mando de la policía autonómica. Por tanto, la investigación será más compleja. Los agentes deberán concretar la velocidad a la que circulaba el vehículo siniestrado a través de la deformación que sufrió al colisionar.

De todas maneras, los agentes sostenían ayer que el vehículo circulaba a una velocidad muy superior a la autorizada. "Sólo así se entiende la intensidad del impacto".

El forense, que anoche finalizó las autopsias, sí ha determinado que ninguno de los cinco jóvenes llevaba puesto el cinturón. Análisis posteriores revelarán si el conductor, Sergio García Conejo, de 20 años, había ingerido alcohol u otras drogas.

La noticia de la muerte de los tres jóvenes causó una gran conmoción en el barrio de Santa Rosa, en Santa Coloma de Gramenet. Los tres fallecidos y los dos heridos eran vecinos. A Sergio, el conductor, los vecinos le recuerdan como un apasionado de "los coches y las motos". Una vecina relató ayer que una vez le riñó por correr demasiado. "A Francisco le conozco desde que iba en el vientre de su madre y estamos muy unidos a su familia", contaba Antonia Camacho, vecina de Francesc Ruiz Sánchez, de 18 años, también fallecido.

Del tercer fallecido, Antonio Flores Nogales, de 19 años, que iba de copiloto, sus vecinos dicen que era "un buen chaval, de una familia humilde y trabajadora". Su vecina Isabel Ruiz contó que a las dos de la madrugada, cuando la familia se enteró del suceso, oyó los primeros lloros. El llanto aún no ha cesado.