Hace algo más de 65 millones de años, el violento impacto de un asteroide en una zona que hoy conocemos como Méjico dejó al planeta sumergido en una nube de polvo. A penas un millón de años más tarde, una intensa actividad volcánica en la India volvió a arrebatarle la luz. Y, como ya sabrán, sin esta no puede prosperar la vida. Los dinosaurios, de hecho, quedaron borrados del mapa justo en este lapso temporal. ¿Pero cuál fue el suceso que desencadenó la extinción masiva que acabó con tres cuartas partes de las especies de animales y vegetales de la Tierra? Tras décadas de debates entre los expertos, un nuevo estudio en la revista Science aparece para zanjar el debate. La culpa fue del asteroide. Los volcanes no tuvieron nada que ver con el fin de esas criaturas que hoy conocemos a través de películas como Jurassic Park. Eso sí, la frenética actividad de estas estructuras geológicas dificultó la recuperación de la vida en el planeta. Así que, en cierto modo, tampoco podemos librarles de toda culpa.

La recién publicada investigación sobre el impacto estos sucesos, en la que han participado un equipo internacional de investigadores liderados desde la Universidad de Yale, zanja el debate aportando dos tipos de evidencias. Por un lado, una reconstrucción de la curva de la temperatura global basada en datos fósiles como sedimentos terrestres y marinos, dientes de pez y hojas de plantas que, en la época, fueron testigos de estos eventos. Por el otro, un modelo para representar el ciclo global de carbono de la Tierra durante el Cretácico terciario. Es decir, una simulación los efectos de las emisiones de dióxido de carbono y azufre. Y es justamente este segundo punto el que ha permitido resolver el misterio.

SURGIMIENTO DE NUEVAS ESPECIES

"La actividad volcánica provocó un calentamiento global gradual de aproximadamente dos grados, pero no una extinción masiva", concluye Michael Henehan, uno de los investigadores responsables del estudio. Los expertos argumentan que, aunque durante una primera etapa de erupciones volcánicas, varias especies se movieron hacia los polos Norte y Sur, pero que en el momento del impacto del asteroide ya habían retrocedido a su hábitat original. La actividad volcánica, por lo tanto, estaba ahí pero no fue determinante para la desaparición de especies. "Mucha gente ha especulado sobre que los volcanes fueron importantes para la extinción masiva pero los datos están diciendo que no lo hicieron", añade el investigador.

"Si no hubiera habido actividad volcánica es probable que la vida en la Tierra se hubiera recuperado mucho más rápido tras la colisión del asteroide", explica Laia Alegret, investigadora del departamento de Ciencias de la Tierra y el Instituto Universitario de Ciencias Ambientales de la Universidad Zaragoza y una de las coautoras de esta nueva investigación. "Las erupciones volcánicas que se produjeron tras el impacto del asteroides no contribuyeron al calentamiento global, por lo que no podemos relacionarlas con los bruscos cambios de los ecosistemas y la extinción masiva de especies", comenta. De ahí que, como concluye el estudio, los volcanes contribuyeron a crear un nuevo panorama que propició el surgimiento de especies cenozoicas y acabaron moldeando la vida en la Tierra tras la extinción de los dinosaurios.