Los mensajes de wasap en ocasiones los carga el diablo. Unas pocas palabras pueden complicar la vida o, como en el caso de 'la Manada' de Manresa, servir para apuntalar una acusación. Los textos intervenidos en los teléfonos de los seis jóvenes acusados de abusar sexualmente a turnos de una menor de 14 años en una fábrica abandonada de la capital del Bages y de la muchacha que los denunció apuntalan la versión de la víctima, que horas después del suceso, ocurrido el 29 de octubre del 2016, escribió a una amiga: ¿Tú crees que si voy bien me follo con siete u ocho? Me drogaron.

En el juicio que se celebra en la Audiencia de Barcelona han declarado este viernes testigos y los Mossos dEsquadra que investigaron el caso. Los agentes han precisado que abrieron en un principio diligencias por abusos sexuales, pero que después las modificaron al considerar que podría ser una agresión sexual, pues la muchacha declaró que había pedido a los acusados que pararan.

En su calificación provisional, la fiscalía atribuye a los seis procesados (un sexto está imputado por no impedir la acción y masturbarse) abuso sexual y no agresión (violación), que comporta una pena mayor. Sin embargo, no se descarta que cambie el tipo delictivo. Depende de si estima probada la intimidación ejercida hacia la muchacha. La víctima explicó al tribunal que se sintió amedrentada, no solo por los imputados, sino también por la pistola de fogueo que se fueron pasando algunos de los encausados.

Pese a que inicialmente estaba previsto que la fiscal modificara o no sus conclusiones este viernes, el tribunal lo ha suspendido hasta el próximo mes de septiembre para que acudan los peritos que elaboraron las pruebas de ADN de los restos de semen encontrados en el pantalón de la víctima. Una de esas machas era de uno de los acusados, aunque se hallaron otras dos que no han podido ser atribuidas a nadie. La fiscalía sostiene que los acusados penetraron a la menor aprovechando que estaba ebria y había consumido drogas.

MIEDO A BRYAN

Los Mossos han escudriñado durante la sesión de este viernes los wasaps intervenidos. Uno de los policías que han testificado ha destacado dos mensajes clave que la menor remitió a su mejor amiga. En uno de ellos, la muchacha decía que había podido ser drogada y en otro advertía: Como Bryan (el principal acusado) se entere de que digo nombre, me mata. A su tía le envió una foto de un pecho con un morado con el mensaje: "el Cuba (otro acusado) me dejó la teta fatal".

Los agentes también le encontraron mensajes sobre lo que sucedió en la fábrica abandonada a este procesado, quien a la mañana siguiente, escribió una cadena de wasaps a le menor recriminándole que hubiera mantenido relaciones sexuales con todos. A Bryan, según la policía, se le intervinieron otros dos mensajes en los que confesaba haber tenido un contacto sexual con la víctima mientras ella se quejaba y se jactaba de lo sucedido: lo pasamos bien, jaja, escribió. Uno de los inspectores que ha participado en la investigación ha indicado, precisamente, que a este acusado se le intervino una pistola de aire comprimido en un cajón de su habitación el día de su detención, y que al analizar los teléfonos vieron una foto de él con éste arma.

En la jornada de este viernes han declarado, además, un menor que estuvo con la víctima horas antes de que ocurriera los abusos sexuales ha admitido que mintió en su primera declaración ante los Mossos porque Bryan le había amenazado de muerte si no decía que estivo acompañado de su novia en la fiesta de la fábrica abandonada. Estas amenazas, según la testigo, se repitieron dos veces. Estas intimidaciones han sido corroborados por la tía de la víctima, quien relató que en más de una ocasión ha tenido que salir de su casa en pijama para ir a buscar a su sobrina, porque le estaban persiguiendo y amenazando por la calle personas del entorno de los procesados. La madre de la víctima ha detallado que su hija cree que la van a matar y que tiene miedo a todo.

Otra de las personas que ha testificado ante el tribunal ha sido Saray, la supuesta novia de Bryan, quien, tras admitir que es amiga íntima de este acusado y cercana a la de los otros, ha negado que la denunciante fuera violada y ha mantenido que la chica le dijo que estaba feliz cuando ella le preguntó si tenía algún problema. Otro amigo de los procesados ha descartado también que se produjera el ataque sexual.