La xenofobia contra los gitanos protagoniza la mayoría de los contenidos denunciados por promover el odio en Europa. El último observatorio europeo sobre el Código de Conducta de la Comisión Europea firmado por las multinacionales de internet en mayo del 2016, con datos del último trimestre del año, revelan que de los 2982 casos reportados por entidades sociales, gobiernos y usuarios, el 17,1% iban dirigidos contra el origen étnico, en su mayoría hacia gitanos, que han desplazado en los dardos del odio a los refugiados sirios, que se llevaban la peor parte en los datos que se recabaron en junio del 2016.

Otros colectivos relacionados con el origen geográfico y étnico también suman la mayoría de denuncias: un 16,4% arremete contra los musulmanes, otro 16% contra los refugiados e inmigrantes, un 10,3% es por causa del origen nacional (extranjeros, como genérico), un 9,5% abiertamente antisemita y un 7,9% por motivos de “raza”. Tampoco se libran de la bilis europea homosexuales, bisexuales y transgénero, que acaparan el 14% de los contenidos denunciados, ni las mujeres como sexo, que se llevan el 3,1%.

“Hay dos tipos de contenidos de odio: los que hablan de estereotipos y prejuicios, que son desagradables pero no punibles, y los que incitan a la violencia, el exterminio o la deshumanización de las personas, que claramente exceden la libertad de expresión y son un delito”, advierte Javier Sáez, experto en Igualdad y no discriminación de la Fundación Secretariado Gitano, que han vuelto a poner en marcha campañas contra la discriminación del colectivo.

Hace seis meses, en la segunda edición del observatorio, los gitanos captaban el 15,8% de los contenidos de odio, tras los refugiados (17,8%) y los musulmanes (17,7%). Las amenazas e insultos contra la orientación sexual ocupaban el 12,7%, y por género el 2,8%. Ahora, el antigitanismose lleva el grueso no solo en España (116 contenidos denunciados), sino por los reportes de oenegés de Italia, Eslovaquia, Chequia, Rumanía, Bulgaria y Hungría, donde incluso los políticos alientan el tema.

La buena noticia entre tanto delito de odio es que las redes sociales, en este caso Facebook (que recibe la mayoría de los casos, sin incluir Instagram y Whatsapp, que también son suyos), Twitter y Google (por Youtube), han comenzado a borrar más contenidos denunciados. De media, el 70%, entre los que han impugnado las oenegés, que disponen de un canal preferente de denuncia, y los del público en general, frente al 59% de la pasada medición. Y en concreto, Facebook ha borrado el 79,8%) frente al 66,5% de junio; Twitter, el 45,7% (frente al 37,4% anterior), y Youtube, el 75% (por el 66%). Además, el 81,7% de los contenidos se han retirado en menos de 24 horas.

Más borrado en España

Y en España, que era donde menos contenido de odio se borraba, se han equiparado al resto de niveles europeos (73,8% frente al 17,2% anterior), con ratios de casi el 90%. Portugal, con quien comparte unidad de negocio en las tres redes, ha mejorado pero sigue muy baja, solo se borra el 38,6%).

Para las entidades, es una victoria. “Las redes sociales tienen ahora una actitud más colaborativa después de muchas reuniones. Creo que han tomado conciencia de la mala imagen que da a sus empresas acoger, por ejemplo, perfiles neonazis”, afirma Sáez.