El barco de Alta mar zarpa hoy en Netflix con toda su tripulación a bordo y un puñado de misterios por resolver. La productora Bambú (Las chicas del cable) vuelve a asociarse con la plataforma de TV para componer una serie en la que se mezcla el romance, la intriga, las aventuras y la lucha de clases. Un cruce entre Gran Hotel, Titanic y Diez negritos que cuenta con un reparto coral de lujo compuesto por nuevas promesas y grandes veteranos.

Nos situamos en los años 40. Tras la guerra civil muchos quieren salir de España y buscar nuevas opciones al otro lado del mundo, en este caso en Brasil. Por una parte, se encuentran los pasajeros de primera clase: el armador del barco (Eloy Azorín), su hermano (Tamar Novas) y la familia de su futura esposa (Alejandra Onieva), su hermana Carolina (Ivana Baquero) y su tío (José Sacristán). Por otro lado, los sirvientes (Chiqui Fernández, Begoña Vargas), el capitán (Eduardo Blanco), su primer oficial (Jon Kortajarena) y un detective (Antonio Durán Morris) encargado de investigar el asesinato de una polizonte de identidad e intenciones desconocidas (Manuela Vellés).

La serie ha sido creada por Ramón Campos y Gema R. Neira y en ella el tándem repite algunos de los componentes esenciales que han convertido buena parte de sus trabajos previos, como Velvet, en un éxito de público: ambientes y decorados lujosos, elementos folletinescos, personajes que ocultan secretos y en este caso un toque de intriga detectivesca. La primera temporada consta de ocho episodios, y se ha anunciado el comienzo del rodaje de la segunda, de nuevo en los estudios de El Álamo, a 40 kilómetros de Madrid, donde se han recreado los interiores del transatlántico en dos platós que suman casi 2.000 metros cuadrados.

«Trabajar con Bambú es símbolo de atención al detalle, rigor, seriedad y calidad. Y en cuanto a Netflix, es la que ha hecho posible que exista una película como Roma, así que ya me resulta suficiente como para saber que son gente de bien», dice Sacristán a este diario.

A pesar de ser una producción con más de 20 personajes protagonistas, el peso fundamental de la trama recae en Baquero, que interpreta a una joven adelantada a su tiempo, inconformista y que tiene inquietud por saber la verdad de todo lo que ocurre a su alrededor. «Es una chica con mucha curiosidad e imaginación. Una de las cosas que más me gustan de ella es lo transgresora y moderna que es para la época. Por ejemplo, soy la única mujer que lleva pantalones en el barco».

Es la primera vez que la actriz participa en una serie española tras protagonizar en EEUU la serie fantástica y juvenil Las crónicas de Shannara. Después de descubrirla con tan solo 11 años en El laberinto del fauno, de Guillermo del Toro, la intérprete ha logrado mantener un equilibrio entre los proyectos internacionales y nacionales. Algo parecido le ocurre a Kortajarena. Tras ser en uno de los modelos internacionales más cotizados, ha podido cumplir su sueño de ser actor y que se olviden de su pasado dentro del mundo de la moda. Después de la serie de Tele 5 La verdad, se pone el uniforme de oficial del barco. «Este personaje para mí es un paso adelante», cuenta ilusionado.

Y es que el navío de Alta mar es un microcosmos en el que está representada la sociedad de la época, con las diferencias culturales y económicas que ello supone. Y dentro de ese espacio cerrado en el que nadie puede salir se desata el amor, pero también las bajas pasiones, las envidias, los complots y los prejuicios de clase. Una reformulación de las novelas de Agatha Christie en versión culebrón deluxe.