Cinco adonis --con torsos de anuncio de perfume de lujo-- se desnudan contoneándose a ritmo de Let’s dance ante una emocionada señora de mediana edad en un oscuro antro de Fuengirola. Bienvenidos a Infierno, disco-tugurio con fachada al Mediterráneo donde se rueda una escena de estriptís de Toy Boy, nueva serie de Antena 3 en la que la cadena apuesta por un «thriller erótico», una combinación poco habitual en la ficción española.

Un exfutbolista profesional reconvertido en actor (Jesús Mosquera), una actriz consagrada en la telecomedia La que se avecina (Cristina Castaño) y una joven promesa que ha asentado su carrera en una casa de papel (María Pedraza) conforman el trío protagonista de este Toy Boy, un proyecto arriesgado por el fondo y la forma, pero que llega avalado por Plano a Plano, productora que ha demostrado su buen ojo en la comedia (Allí abajo), la intriga (La verdad) y el drama policíaco (El Príncipe).

En la escena del antro, el quinteto monta una coreografía de minuto y medio, sencillita pero sensual, con el apoyo vocal de David Bowie. Una cámara montada en una grúa con un brazo obscenamente largo se acerca a flor de piel de los tersos estrípers iluminados a golpes de flas (tan cutre como casi todos los shows de estriptís). Ya se verá hasta dónde llegará la cámara en una serie que se emitirá en una tele en abierto.

«No es exactamente erótico, aunque el tema da pie a ello, pero sí es un tipo de ficción que aún no se había hecho en España y en la que, claro, volvemos a jugárnosla», reconoce César Benítez, productor y autor de la idea, quien apunta: «La aventura debe ser loca, pero el aventurero debe ser cuerdo».

La locura no es tanto la originalidad de la trama como la apuesta por un joven que nunca se había puesto ante una cámara, Jesús Mosquera, un futbolista profesional de 26 años (ha militado en el Betis y el Antequera), que casi sin darse cuenta se encuentra en una vorágine que, reconoce, no ha asimilado.

«Acompañé a un amigo a un cásting sin saber nada, y la verdad es que no me veía. Soy bastante reservado, tímido, y la cámara me cohíbe, pero los del cásting insistieron mucho en que hiciese pruebas, incluso venían a buscarme a los entrenamientos... y aquí estoy», relata el joven, que reconoce estar aún estupefacto ante el brutal giro de su vida y reconoce que entrena mucho más que en el fútbol. «Esto del rodaje es durísimo cuando estás dentro, no me lo imaginaba, y ahora sí merecen un gran respeto los intérpretes».

«Era un riesgo, sí, pero vimos muchas posibilidades y hemos tenido tiempo para prepararlo, con un máster intensivo de nueve meses de clases de interpretación y baile», explica Benítez, que destaca que, tras el físico perfecto para la serie de Mosquera, también ha tenido la suerte de dar con una persona «muy disciplinada, seria y con una impresionante capacidad de asimilarlo todo. Es una esponja».

Jesús encarna a un estríper acusado de asesinar a una mujer que le pagó por una noche apasionada. Él solo recuerda despertarse al lado del cadáver, pero va a la cárcel. Una abogada intenta ayudarle a salir de prisión y descubrir qué pasó aquella noche. Y empieza una historia de mucha intriga y tensiones variadas. La abogada es otro de los retos de la serie: María Pedraza, una actriz con un inicio fulminante (La casa de papel, Amor, Élite) y que rompe con sus papeles de adolescente para encarnar una mujer adulta. «Para mí también es un reto inmenso para poder madurar», dice la actriz, de 23 años, quien confiesa que al principio pensaba: «¿Dónde me he metido? Pero superaba estos miedos diciéndome también: ‘Confía en ti, que lo puedes hacer’. A veces me siento aún muy niña, y por eso, cuando salí del cásting pensaba que no me iban a coger... Y aquí estoy, como en un sueño en el que todo se va haciendo realidad», reconoce Pedraza, que pese a su éxito asegura que intenta ser siempre María: «Con los pies en el suelo, pero siempre mirando al cielo».