El actor Freddie Highmore (Londres, 1992) comenzó su carrera a los 7 años con la comedia británica para televisión Cosas de mujeres, y poco después ya estaba dándole la réplica a Johnny Depp en Descubriendo nunca jamás y en Charlie y la fábrica de chocolate. Su precocidad interpretativa no le impidió perder la perspectiva y estudió árabe, francés y la carrera de Filología Hispánica, por lo que habla un perfecto castellano. En la tele ha confirmado su talento con papeles complejos como el protagonista de Psicosis en versión teenager, en Bates Motel, y como el joven cirujano con autismo y Síndrome del Sabio en The Good Doctor, la serie que emite AXN y Tele 5 emitió en el 2018, y que tras el final de su segunda temporada volverá con una tercera el próximo otoño. Antes, protagonizará Way Down, thriller de acción a las órdenes de Jaume Balagueró.

-Cuando empezó ‘The Good Doctor’ venía directamente de ‘Bates Motel’, ¿qué le interesó del proyecto?

-Básicamente tenía que salvar a la gente después de haberla matado durante un tiempo (ríe). Tuve un flechazo con esta serie. Pasaron solo tres días entre el final de Bates Motel y el comienzo de The Good Doctor. Me senté en Los Ángeles con David Shore, el creador, leí el guion y decidí de manera automática incorporarme al proyecto. Siempre estoy buscando nuevos retos, no quiero hacer lo mismo serie tras serie, o película tras película. Como actor era un desafío, pero todavía lo era más a nivel humano. Me dio la oportunidad de acercarme al autismo e intentar reflejarlo lo mejor posible en la pantalla y ayudar a que la gente pudiera entenderlo mejor.

-¿Ha sentido responsabilidad al abordar este proyecto?

- Sí, por eso creo que es el personaje más importante de mi carrera, y también el que más he tenido que preparar para que se acercara lo máximo posible a la realidad.

-‘Bates Motel’ y ‘The Good Doctor’ son series de televisión. ¿Qué le han aportado a usted como intérprete?

-Las series de televisión tienen mayor recorrido, así que esos personajes se quedan durante un mayor tiempo contigo. Puedes sentirte más cerca de ellos. En el caso de Shaun además tiene un componente emocional. Aunque pueda parecer ingenuo espero que pueda despertar conciencias en torno a la necesidad de seguir investigando en el campo de la medicina.

-¿No le ha vuelto un poco hipocondríaco la serie?

-Por ahora todo bien (ríe). Todos los casos que aparecen son reales, aunque tampoco me da tiempo a profundizar en ellos, menos mal.

-En estos momentos vivimos un ‘boom’ de las ficciones médicas, ‘Anatomía de Grey’, ‘House’ ¿Qué hace especial a ‘The Good Doctor’?

-Creo que es una serie optimista. Shaun ve lo bueno que hay en las personas, nos da algo de fe en la humanidad. Ya hay muchos antihéroes en la realidad y no necesitamos otros en una serie de televisión. Además, es un personaje que conecta muy bien con el público. ¿Quién no se ha sentido diferente o discriminado por ser como es? También me da la impresión de que la mayor parte de los procedurals (series basadas en un caso), siguen el mismo esquema en todos los episodios, pero esto no ocurre en The Good Doctor, con un personaje como el de Shaun hubiera sido imposible para comprenderlo y acercarnos a él.

-Comenzó su carrera en la interpretación con tan solo siete años de edad. ¿Su sueño era el de ser actor?

-Cuando era pequeño era diferente. Ahora valoro la profesión desde una perspectiva más adulta. Pero tengo otras inquietudes. Escribir, dirigir, producir… voy aprendiendo poco a poco todas estas tareas a medida que vamos filmando y me encantaría escribir una serie o hacer una película.

-Vivió en Madrid durante un tiempo. ¿Cómo era un día normal aquí?

-Trabajaba en un bufete de abogados haciendo traducciones de documentos. Igual algún día, si la gente se cansa de mí, pueda volver (ríe). Me encantaba sentarme en una terraza con un café, tomar pan con tomate y salir con amigos. Fue una etapa estupenda que disfruté mucho.