«La noche es oscura y alberga horrores», dice Melisandre, la Sacerdotisa Roja, al inicio de La larga noche, tercer capítulo de la octava y última temporada de Juego de tronos, como un buen anticipo de lo que iban a ver los fans en el episodio emitido por HBO y Movistar+ en la madrugada de este lunes, en el que discurría el esperado enfrentamiento entre los humanos y los temibles caminantes blancos del Rey de la Noche.

Con las épicas batallas del Aguasnegras y de los Bastardos como impecables precedentes en anteriores temporadas, las expectativas eran muy altas. Los creadores de Juego de tronos habían prometido, además, una carnicería… Y no mintieron. No era para menos, habiendo dejado a la amenaza zombi a las puertas de Invernalia en el anterior capítulo. La larga noche está plagada de muertes; y una es totalmente sorprendente y da un vuelco de 180º a la trama.

¡OJO! EMPIEZAN LOS ‘SPOILERS'

Si todavía no ha visto el episodio y no quiere que se lo chafen, quédese aquí y no siga leyendo. Avisado está. Si es de los que no le importa enterarse de los spoilers, siga leyendo.

Como ya advierte Melisandre, que reaparece a caballo nada más comenzar el episodio, La larga noche es oscura (se rodó en 55 noches) y desasosegante. El singular y épico combate cuerpo a cuerpo entre muertos y vivos abarca todo el capítulo, con Jaime Lannister, Brienne de Tarth, Jorah Mormont, Sandor Cleane, Gendry, Arya Stark, Jon Nieve e incluso Sam y Daenerys desenfundando sus espadas contra el terrible ejército de zombis.

La batalla no solo se despliega sobre la nieve y entre la bruma que envuelve Invernalia, sino también en el aire, donde Daenerys y Jon, a lomos de los dragones Rhaegal y Drogon, se las ven con el hierático Rey de la Noche que, sobre Viserion, da muestras de su poderío.

Ni dothrakis, inmaculados, salvajes, ni el fuego del Señor de la Luz pueden parar a los caminantes blancos, que solo tiene que alzar sus manos para sumar a su ejército a los caídos en combate del bando de los vivos. Edd Tollett, el compañero de Jon Nieve en el Muro, es el primero en caer, a los que siguen la valiente Lyanne Mormont y el resucitado Beric Dondarrion, que se sacrifica para salvar a Arya Stark.

Entre las escenas de la gran batalla, los creadores de Juego de tronos salpican la acción de momentos íntimos y casi catárticos para algunos de los principales personajes. Como el que viven Tyrion y Sansa escondidos en la cripta de Invernalia (donde también están la Araña y Missandei), recordando su aciago matrimonio; o Theon Greyjoy, protegiendo a Bran Stark en el Bosque de los Dioses. «Theon, eres un buen hombre. Gracias», le dice el pequeño de los Stark liberándole así de su culpa antes de que el Rey de la Noche acabe con su vida.

UNA MUERTE INESPERADA

El chico convertido en el Cuervo de los Tres Ojos se vislumba en los últimos minutos del episodio como el objetivo del líder de los zombis, que solo tiene que deshacerse del hermano de Jon Nieve para imponer su imperio de muertos. Pero la aparición de Arya Stark, a la que por un momento parece que está a punto de estrangular, hace que todo dé un vuelco. La joven guerrera le clava una daga de acero valyrio que hace que el Rey de la Noche acabe haciéndose añicos de hielo, igual que todo su ejército

Por el camino también se queda Jorah Mormont, agonizante en brazos de la desconsolada Daenerys. Y Melisandre, que tras la derrota del Rey de la Noche, se quita su collar mágico, envejece de golpe y se derrumba sin vida sobre el hielo.

A Juego de tronos le quedan tres capítulos para cerrar una serie que ha marcado la última década en TV. Con la derrota de los zombis, Jon y Daenerys volverán a centrar su atención en Desembarco del Rey, donde Cersei sigue aferrada al Trono de Hierro.

Desde la última vez que la vieron, la hermana de Jaime y Tyrion se ha reforzado con la Compañía Dorada. Pero no cuenta con que Arya la tiene en su lista de la venganza. Y visto lo visto, a la hija de Edd Stark no hay quien se le resista.