En clásicos modernos del documental de naturaleza como Planeta Tierra 2 y Planeta azul 2, David Attenborough solía esperar al final de cada episodio para darnos el toque de atención sobre nuestras responsabilidades como terráqueos. En Nuestro planeta, un recorrido revelador por hábitats terrestres y submarinos, nos lee la cartilla más a menudo. «Aún queda tiempo, pero no podemos seguir dando por hecha la estabilidad de la naturaleza», dice Keith Scholey, exjefe de la unidad de historia natural de la BBC y cofundador de Silverback Films, que ha producido esta nueva serie para Netflix, en colaboración con la WWF. «A lo largo de la serie, tratamos de sugerir a la gente formas de ayudar a salvar el planeta. Por ejemplo, buscando atún sostenible. Uno de los mayores problemas a los que nos enfrentamos es la sobrepesca y la destrucción de los hábitats marinos. Algo solo solucionable con un acuerdo global».

Nuestro planeta es un nuevo paso adelante en filmación de naturaleza. Las cámaras no dejan de mejorar, lo que permite, por ejemplo, «rodar en la jungla de noche a todo color, algo impensable hace solo una década». «En cada episodio-promete Scholey- hay algo más o menos nuevo. Por ejemplo, nunca antes se había capturado en alta definición al esquivo tigre siberiano de los que ya quedan menos de 600». Lo que requiere una paciencia sobrehumana. Y un poco la empatía.