Entró en ‘Masterchef 6’ (TVE-1) como un torbellino, y, hasta que no empezó a cocinar, uno pensaba que con tanta energía sin canalizar no podría concentrarse. Y lo consiguió: controlar su personalidad, ser una alumna excelente... y ganar. Marta Verona, nutricionista madrileña de 23 años (hermana del ciclista profesional Carlos Verona), gracias a su menú de recetas tradicionales elaboradas con las técnicas más sofisticadas podrá hacer realidad su sueño: aprender mucho de cocina. Su mayor premio.

-Decía que sería igual de feliz si ganaba su adorada Ketty.

-Sí. De hecho, la final la vimos juntas.Nos queremos mucho, somos como hermanas. Ketty ha sido un apoyo, y he ganado en gran parte gracias a sus consejos, a la calma que me ha aportado cuando lo necesitaba.

-Le honra cómo ayudaba a sus compañeros en la semifinal.

-He ido con una máxima durante todo el concurso que me ha hecho avanzar mucho: competir contra mí misma, no contra los demás. No concibo ganar fastidiando.

-Con el máster ganado como duelista ya se conformaba…

-Porque mi motivación para entrar era al Basque Culinarie Center. Mi premio era aprender.

SEnDSin que se lo pagaran sus padres…

-Decidí estudiar Nutrición primero y, luego, pagarme el máster. Trabajaría por la mañana y estudiaría por la tarde. Pero nunca imaginé que iría allí por haber ganado Masterchef.

-¿Cúando pensó en participar?

-Desde ‘Masterchef 3’ mis compañeros -la gente que vive conmigo, a quienes cocino-, me decían que tenía que apuntarme. Entonces, este año, que es un punto de inflexión en mi vida, porque acabo la carrera de Nutrición, pensé: ¿y si me apunto y tengo suerte? Aunque no creo en la suerte, sino en el trabajo y en el esfuerzo.

-Al entrar se le veía muy espontánea, parlanchina, desbocada… Uno pensaba si lograría concentrarse…

-Recuerdo lo primero que me dijo Jordi cuando me dio el delantal: «Veo imposible que seas ordenada en la cocina». Y, entonces, mi cruzada personal en Masterchef ha sido aprender a canalizar mis nervios y mi energía, a concentrarme y a ser muy eficiante. Además del culinario, me llevo un aprendizaje personal impresionante.

-Sus padres no la reconocían…

-Llevaba tres meses sin verles y mi padre dijo: «Lo que Marta tenía que haber madurado en tres años lo ha hecho en tres meses». Masterchef te pone en unas situaciones tan extremas…

-Y la de técnicas que aprenden…

-La evolución se ve. Venían profesores de la Basque a darnos clase y luego practicábamos en la cocina de la casa.

-Pasó directa a la final y no pudo cocinar para otros ganadores. ¿A quién le habría gustado sorprender?

-A Carlos Maldonado, de Masterchef 3, porque me enganché a este programa viéndole cocinar.

-Dijo que haría la pelota a los profesores… ¿Se la hizo al jurado?

No. Pero yo soy una persona que expresa mucho sus sentimientos, y eso se puede confundir con ser pelota.

-Jordi Cruz le dijo en la final cosas preciosas… No fue así antes…

-Claro, pero las críticas constructivas de Jordi me han ayudado mucho a evolucionar. Para mí ha sido el momento más bonito de Masterchef.