Desde que la tele se convirtió en la ubicua mirilla por la que espiar la vida de la gente, la telerrealidad ha ido proponiendo sucesivas y variadas fórmulas para mantener a la audiencia pegada a la pantalla mientras se entrega al placer del cotilleo desde la comodidad del sofá. Sin embargo, los resultados han sido dispares desde el primer 'Gran hermano' (año 2000). En este tiempo, la memoria de los telespectadores ha acumulado el recuerdo de realities que hicieron historia y otros que no aguantaron dos semanas en antena. El último bingo en el género lo acaba de cantar, nuevamente, Mediaset.

La cadena estrenó el 9 de enero La isla de las tentaciones para mantener a su público entretenido mientras preparaba la nueva edición de Supervivientes, prevista para la segunda quincena de febrero. Parecía una propuesta circunstancial, pero el concurso se ha revelado como en el fenómeno televisivo de lo que va del 2020. Sus galas y debates son los espacios más vistos y comentados del día, los participantes se han convertido en 'celebrities' sobrevenidas y sus andanzas han generado memes y chascarrillos que son repetidos con fruición por sus fans.

Maromos y damas

El punto de partida del concurso prometía. Cinco parejas de jóvenes con distintos perfiles amorosos unos, con las flechas de Cupido aún recientes; otros, con varios trienios de convivencia a sus espaldas, pero todos en su mejor momento de lozanía-, se disponían a vivir unas vacaciones de ensueño en un rincón paradisíaco de República Dominicana. Con una salvedad: debían estar separados por sexos y, además, ellas estarían acompañadas por una corte de maromos dispuestos a seducirlas y ellos convivirían con un grupo de damas a la caza del amor, o cuando menos del revolcón. ¿Serían capaces de resistir la tentación?

Desde el día de su estreno, La isla dejó claro que tenía un gancho especial. El acierto a la hora de hacer el cásting parte de él curtido en otros programas de Mediaset- la predisposición de los participantes para jugar al juego de la seducción y la endiablada edición de los vídeos, pensados para encender los celos entre los 'partenaires', han convertido el espacio en un irresistible imán para las miradas.

Los índices de audiencia hablan de su éxito: emisión tras emisión, alrededor de tres millones de espectadores se han mantenido fieles ante la pantalla, con cifras llamativamente altas entre el público más joven. Pero su dimensión de fenómeno extratelevisivo la han puesto en evidencia las redes sociales, que cada noche de gala o tertulia han acabado plagadas de comentarios mordaces a cuento de la debilidad de la carne y vídeos de edredoning, como el protagonizado por Estefanía y Rubén y el que brindaron ante las cámaras Andrea y Óscar. La popularidad alcanzada por el Estefaníaaaaa! que lanzó Christofer desesperado al descubrir la infidelidad de su novia, que generó un reto viral en las redes y llegó a colarse en la gala de los Goya, da cuenta del impacto mediático del programa.

El morbo de lo prohibido

La isla engancha porque ofrece la oportunidad de presenciar en vivo la infidelidad, que es algo que tiene el morbo de lo prohibido. El programa te sitúa ante el espejo y te invita a reflexionar sobre tus límites morales, valora la psicóloga Lara Ferreiro, experta en conflictos de pareja. En opinión de Juan Ramón Gonzalo, director del espacio, la clave de su éxito ha sido la empatía que el público ha alcanzado con los concursantes. Es fácil ponerse en su piel y pensar qué haríamos en su lugar. Anima a verlo en pareja o en grupos de amigos para luego comentarlo, señala el directivo de Cuarzo, productora responsable del programa.

La isla de las tentaciones echa el cierre el próximo martes en Cuatro con La hoguera final, que sacará a la luz las últimas traiciones perpetradas por los amantes, pero Tele 5 ya ha anunciado para el jueves un debate entre los concursantes, cuyas vidas han cambiado mucho desde la pasada primavera, que es cuando se grabó el programa. De momento, su paso por el concurso ha supuesto la ruptura de tres parejas y ha encumbrado a Estefanía a portada de la revista 'Lecturas' y posible participante en Supervivientes.