Netflix, presente en dos millones de hogares españoles, pagó algo menos de 3.150 euros en el 2018 por el impuesto de sociedades. ¿Cumplen las plataformas audiovisuales extranjeras con sus obligaciones fiscales? Sí..., pero la mayoría de sus ingresos tributan en terceros países, a la espera de que el Gobierno decida si las equipara en sus impuestos a los canales tradicionales.

"Una conocida plataforma digital pagó en España 3.146 euros en concepto de impuesto de sociedades. No es la única. Esto no solo resulta insostenible, sino que atenta contra los más elementales principios de responsabilidad y de justicia fiscal", proclamaba el presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, durante el debate de su fallida investidura.

La explicación es sencilla, la multinacional estadounidense Netflix, cuya sede central se encuentra en la localidad californiana de Los Gatos, próxima a San Francisco, tributa por los ingresos de sus suscriptores en España a través de Netflix International BV, una sociedad radicada en Holanda, donde la fiscalidad es más ventajosa.

El servicio de emisión en continuo ('streaming') de Netflix está disponible en España desde el 2015, pero la empresa no contaba con oficina en este país. Ha sido el año pasado, ante los proyectos de producción previstos y el "incremento significativo de la inversión en originales locales", cuando anunció que dispondría de un equipo en Madrid para apoyar la actividad en el mercado español.

Así, en agosto del 2018, mientras ponía en marcha en el municipio madrileño de Tres Cantos su primera central de producción en Europa, Netflix constituía Los Gatos Entretenimiento España SL, dedicada fundamentalmente a la producción de películas y series, y, unos días más tarde, Los Gatos Servicios de Transmisión España SL, para las tareas de 'marketing' y relaciones públicas.

INVERSIÓN EN MEDIOS

Durante sus meses de actividad en el 2018, la productora registró una cifra de negocio de 498.461 euros, obtuvo un beneficio de 8.047 euros y pagó 2.682 euros como impuesto de sociedades. La sociedad de mercadotecnia y relaciones públicas facturó 40.462 euros y logró un resultado positivo neto de 1.395 euros, después de tributar 465 euros.

Desde Netflix aclaran a la agencia Efe que la plataforma paga el IVA sobre los ingresos de sus suscripciones en España y que estas dos sociedades fueron creadas "como un paso administrativo necesario" con vistas a los proyectos planeados para el 2019, por lo que en el 2018 "contaban con una actividad muy limitada".

"Netflix contribuye a la economía española de muchas maneras diferentes", con "varios millones" de inversión en la industria del entretenimiento y "una sólida apuesta en la producción de contenido español", que en el 2019 se eleva a 26 originales, resaltan.

Si en el 2018 Netflix empleó a "más de 13.000 actores, técnicos y figurantes", este año dará trabajo a 25.000, lo que traerá "ingresos fiscales adicionales" para las arcas españolas, subrayan las mismas fuentes.

Antes que Netflix, abrió su oficina en España HBO, plataforma propiedad del grupo WarnerMedia y que cuenta desde marzo del 2016 con la sociedad Home Box Office Spain Ventures SL en Madrid, para el "comercio al por menor de grabaciones de música y vídeo en establecimientos especializados".

SEDE EN ESTOCOLMO

Por esta actividad facturó en el 2017 en torno a 1,7 millones de euros, con unos beneficios de 80.706 euros, y pagó otros 45.206 en impuestos, pero es HBO Nordic AB, con sede en Estocolmo, la que gestiona el negocio de la compañía y los tributos que corresponden a los ingresos por suscripciones no se abonan en España.

También se pagan en el extranjero los impuestos por el negocio audiovisual español de Amazon Prime Video, aunque el grupo fundado por Jeff Bezos dispone de varias sociedades en España relacionadas con sus actividades de comercio electrónico.

La estrategia fiscal de estos grupos es completamente legal y se ajusta a la normativa española. El problema es que las grandes plataformas extranjeras de vídeo bajo demanda -grupo del que también forman parte la británica Sky y la japonesa Rakuten- compiten con las cadenas tradicionales y los operadores de telecomunicaciones con unos servicios ofrecidos directamente a través de internet.

Estas plataformas de servicios de transmisión libre -también conocidas por ello como 'over-the-top' (OTT)- utilizan la red del operador de telecomunicaciones y, por tanto, no necesitan realizar grandes inversiones, lo que les ha permitido irrumpir con fuerza en España y crecer con rapidez.

El conjunto de operadoras de pago para ver contenidos audiovisuales por internet cuenta ya en España con cerca de seis millones de familias abonadas, 2,2 millones de ellas usuarias de Movistar+, plataforma española propiedad de Telefónica que lidera este mercado, por delante de Netflix.

AGRAVIO COMPARATIVO

A diferencia de sus competidores extranjeros, el grupo Telefónica contribuye con el 1,5% de los ingresos brutos de Movistar+ a la financiación de Radiotelevisión Española, en virtud de la conocida como 'tasa RTVE', que se aplica desde el 2010 para compensar la supresión de la publicidad en las emisiones de la corporación.

En conjunto, las cadenas de pago a las que se exige este canon aportaron en el 2018 17 millones de euros a RTVE, mientras que los canales privados que emiten en abierto contribuyen con el 3% de sus ingresos brutos anuales.

Pero, además, Telefónica aporta a RTVE el 0,9% de los ingresos brutos de Movistar como operadora, al igual que Orange y Vodafone, en cumplimiento de lo exigido en la Ley de Financiación de la Corporación de Radio y Televisión Española a las empresas de telecomunicación, que aportaron en el 2018 por ese concepto 126 millones de euros.

Fuentes de Telefónica destacan su doble contribución a RTVE, subrayan que el grupo pagó el año pasado en España un total de 743 millones de euros en impuestos y recalcan que su inversión en obras audiovisuales europeas ascendió en el 2017 a 55,6 millones, muy por encima de los 15 millones a que estaba obligada legalmente.

Y ahí es donde entra en juego la directiva de la UE sobre comunicación audiovisual de noviembre del 2018, que no solo regula la producción europea mínima que deben ofrecer plataformas como Netflix o HBO (el 30%), sino que otorga a cada Estado miembro la posibilidad de implantar un impuesto para los proveedores que se dirijan a la audiencia de ese país, aunque no estén radicados en él.

NUEVO IMPUESTO

Asimismo, la nueva regulación comunitaria obligará a estos proveedores de pago a contribuir al desarrollo de la producción audiovisual europea mediante inversión directa en contenido o con contribuciones a los fondos nacionales.

En España, ni el Ministerio de Hacienda ni el de Economía se pronuncian oficialmente sobre qué nueva fiscalidad puede aplicar el Gobierno a esas plataformas y, por tanto, no confirman si se baraja exigirles contribuir a la financiación de RTVE, con el 3% de sus ingresos u otro porcentaje, o bien fijar para ellas una eventual tasa de nueva creación, vinculada a los objetivos de la directiva.

Tampoco está claro si la tasa o cuota que finalmente les aplique el Ejecutivo español será un porcentaje calculado sobre la facturación, sobre el número de suscriptores en España o sobre otro concepto.

España deberá haber transpuesto la directiva antes del 19 de septiembre del 2020, pero el proceso de adaptación aún se encuentra en las fases preliminares: el Ministerio de Economía lo elevó a una consulta pública que se cerró en febrero, convocará en otoño una audiencia pública y, en función de las conclusiones, el Gobierno redactará un borrador del nuevo anteproyecto de ley.

TASA 'GAFA'

Y no es solo el marco regulatorio europeo el que presiona a favor de que estas plataformas paguen más impuestos. Hace unos días, los ministros de Finanzas del G7 alcanzaron un principio de acuerdo para que las grandes empresas de internet tributen en los países donde lleven a cabo su actividad digital, aunque carezcan de sociedades registradas en ellos, para evitar que transfieran sus beneficios a paraísos fiscales.

En todo caso, la reciente decisión del presidente francés, Emmanuel Macron, de promulgar la conocida como 'tasa GAFA' (por Google, Apple, Facebook y Amazon) -que exige a este tipo de empresas una imposición del 3% sobre la facturación de su negocio en Francia- ya ha suscitado una airada reacción del presidente Donald Trump: "Si alguien les cobra impuestos, debe ser su país de origen, EEUU".

Mientras tanto, Netlix y HBO guardan silencio sobre los planes para aumentar su tributación en España: "No tenemos comentarios oficiales que compartir ahora mismo sobre estos puntos -indica el canal propiedad de WarnerMedia-, más allá de que obviamente estamos monitorizando la evolución de la directiva europea y estaremos preparados para su aplicación cuando sea oportuno".