«Yo creo que no nos lo merecíamos, sinceramente, porque la canción es la que más ha disfrutado la gente, la que más ha bailado y la que más ha cantado». Así de contundente se mostraba Miki Núñez en la Expo Tel Aviv ante la prensa española tras el nuevo chasco eurovisivo de este sábado. No le faltaba razón al triunfito: con La venda, el público que presenciaba el show en el recinto y los medios acreditados que lo seguían en la sala de prensa sintieron uno de los mayores subidones de la velada.

Miki explicó que mientras actuaba veía la reacción del público en la grada «saltando y te vienes arriba. Y he dicho: ‘¡Qué guay!’». Además, cuando Miki y los suyos abandonaron el escenario, toda la delegación española tuvo la sensación de que el sábado por la noche hicieron «el mejor pase» desde que aterrizaron en Tel Aviv y empezaron a ensayar su puesta en escena.

Mamen Márquez, directora musical, y Fokas Evangelinos, responsable escénico de la actuación, les recibieron con lágrimas en los ojos en la Green Room, donde todos los artistas seguían en directo las incidencias del show. Les dijeron que lo habían hecho «perfecto». También ahí se montó la fiesta cuando llegó el turno de Miki. «Si esto es lo que ha pasado en la Green Room, donde todos están supernerviosos por lo que va a pasar, y están ahí bailando… ¡Es maravilloso!», exclamó.

La última, la mejor / No piensa que haber actuado justo después de Suiza y Australia, dos de las favoritas de la gala, le haya perjudicado: «Cuando vas a un concierto, ¿normalmente cuál es la última canción? ¡El single! Hay que pensar así». Y puso un símil gastronómico: «Cuando estás comiendo un plato de carne rebozada con patatas fritas y te gustan más las patatas, te las dejas para el final. ¡En Eurovisión ha sido una cosa así!».

«¿Qué ha fallado? ¡No tengo ni idea! Por lo que sea, la gente disfruta de La venda, la canta y la baila, pero luego no la ha votado. ¡Las otras serán mejores!». Pese a todo, el artista dijo que estar «superorgulloso del trabajo que hemos hecho. Era lo que queríamos: hacer el trabajo bien». Dijo que se queda con eso y con que su propuesta eurovisiva haya hecho disfrutar a la gente. Por todo ello, el triunfito sentenció: «¡No pasa nada! Nosotros estamos supercontentos». La experiencia «ha sido increíble». Y seguidamente declaró estar muy cansado: «Me apetece fiesta, ¡me apetece cama!».

La peor valorada / España fue la peor valorada por los jurados profesionales de todos los países participantes. Tan solo recibió 6 puntos de Bielorrusia y 1 de Rusia. El televoto le hizo abandonar esa última posición momentánea gracias a los 53 puntos que recibió de Portugal (12), Francia (7), Bélgica (6), Suiza, Israel (5), Chipre, Grecia (4), Holanda (3),Reino Unido, Azerbaiyán, Serbia (2) y Dinamarca (1).

La canción favorita de Miki no era precisamente la ganadora, el Arcade del holandés Duncan Laurence. Prefería el Too late for love del sueco John Lundvik, que acabó sexta, pero no le restó méritos al triunfador de la noche; «es perfecto vocalmente. La canción es preciosa y se ha merecido ganar». No obstante, Holanda fue la segunda más votada por el público, tras Noruega, y la tercera favorita de los jurados, detrás de Suecia y Macedonia del Norte.

Miki asegura que la aventura eurovisiva le ha sido muy útil: «Me ha servido de mucho para mi futuro profesional como músico. Todos los errores, todos los pequeños detalles que hay que tener en cuenta a la hora de cantar y de hacer una actuación, la técnica vocal, la idea de que has de llenar el escenario...». Y no se da tregua: Miki tiene previsto empezar a trabajar en la producción de su primer single, cuyo título todavía no quiere desvelar.