Después del terremoto televisivo y social que supuso la semana pasada el estreno en Telecinco del documental de Rocío Carrasco 'Contar la verdad para seguir viva', en el que incluso entraron políticos como Irene Montero e Iñigo Errejón, este domingo el programa ha seguido desgranando detalles de la pesadilla que habría vivido la hija de Rocío Jurado junto a su expareja, Antonio David Flores. Infidelidades, mentiras, maltrato psicológico continuado e incluso físico marcaron el relato de los episodios dos (titulado 'Se nos rompió el amor') y tres ('Ese hombre'), en los que, además, tanto la protagonista de la docuserie como el programa aportaron pruebas. Contaron con las declaraciones de un testigo que aseguró que había presenciado una agresión física a Rociíto por parte de su entonces marido y con unos documentos que desmontaban la defensa de Antonio David sobre el supuesto ataque de la ventana.

El testimonio del fotógrafo

Antonio Martín, 'Chori', el fotógrafo oficial de Rocío Jurado conectó con el programa para hablar de la agresión que presenció al poco de que Rocío Carrasco tuviera el accidente de moto en 1995. Según relató, la pareja estaba en el hospital para que la joven se sometiera a rehabilitación. "Estaban hablando y, de repente, veo que él le da un guantazo, coge la puerta y se va", explicó ante la estupefacción de la presentadora del programa, Carlota Corredera, y sus colaboradores. "¿Por qué cuentas esto ahora?", le preguntaron. "Se lo debo a Rocío", se justificó el fotógrafo.

La infidelidad con Sonsoles

El capítulo dos también sirvió para hablar de la supuesta infidelidad de Antonio David con la camarera de un bar de Chipiona, Sonsoles, cuando Rociíto estaba ya embarazada de su segundo hijo. "Veo cosas que no me gustan, demasiado jugueteo y complicidad entre ellos", rememora la protagonista de la docuserie. "Lo hablé con él y su respuesta fue que yo estaba loca, que el embarazo me estaba afectando a la cabeza". La relación vivió su peor momento cuando Carrasco sorprendió a su marido besando a la joven en el local de copas en el que ella trabajaba. "Salí corriendo de allí, llorando. Me empezó a doler la barriga como si tuviera pinchazos de contracciones. Me entró un ataque de pánico. No porque me pusiera los cuernos, sino como madre, porque estaba embarazada de él", explicó. "Él vino detrás y me decía que estaba loca. Cuando le dije que quería que me llevara a casa, me dijo que me fuera andando. Y así lo hice, llorando y a las seis de la mañana" explicó quien asegura que la infidelidad era 'vox populi' y que en el pueblo la llamaban "cierva embarazada".

Según ella, el episodio volvió a reproducirse de forma similar otro día en la playa, cuando estaba embarazada de cuatro meses. "Vino Sonsoles y empezó a tontear con ella. Le dije que me quería ir y me contestó que me fuera andando. Una hora y media para llegar a mi casa con la solana", narró.

Otro capítulo de la supuesta infidelidad lo descubrió gracias a una factura telefónica desorbitada. "Había un montón de llamadas al mismo número. Y, como Sonsoles era amiga de mi prima Chayo, comprobé que era su número", reconoce. Cuando Antonio David llegó a casa, no tardó en producirse la discusión. "Me decía: ¿Ya estás otra vez, loca? Vas a malparir a mi hijo, los celos te están volviendo loca", relató Carrasco. "Y delante de él marqué el teléfono. No me enorgullezco. Se puso una señora, sería su madre, y le dije que era la mujer del novio de su hija, que preparara una habitación en su casa para él. Hincado de rodillas, empezó a repetirme que me quería, y lo dejé estar".

El supuesto ataque de la ventana

Durante el documental, la hija de Rocío Jurado también aportó una prueba que desmontaría la defensa de Antonio David en la supuesta agresión en la ventana cuando ella estaba embarazada y relación ya estaba en plena crisis, algo que él siempre ha negado. "Me sacó en volandas del camisón y me sacó medio cuerpo por fuera de la ventana. La barriga me daba en el borde. Giré la cabeza y le dije: Procura que cuando llegue abajo me haya matado. Y me soltó". Su exmarido ha contado siempre que ese episodio era falso, ya que en aquella ventana había rejas, algo que desmintió Rociíto sacando un papel con una declaración del cerrajero. "Esa reja se pone en el año 2010 y la prueba es esta: un certificado del cerrajero de Chipiona que puso esa reja".