Ya empieza a ser rara la nueva serie sin algún gancho fantástico: como el terror y la fantasía cada vez son abrazados por públicos y creadores más diversos y los efectos especiales dignos ya no cuestan un dineral, la televisión abraza ahora mismo lo irreal con tanta facilidad como lo real.

Producida enteramente en Reino Unido, The innocents -la última novedad de Netflix, en las pantallas desde hoy mismo- introduce el elemento fantástico no de forma progresiva, sino que enseña sus cartas claramente desde una desconcertante introducción. Después conocemos a la pareja protagonista, los adolescentes June (Sorcha Groundsell) y Harry (Percelle Ascott), que se preparan para huir juntos de sus poco felices hogares en el decimosexto cumpleaños de la primera. En el principio, todo son risas y libertad, pero pronto esa escapada topa con la cruda irrealidad. Después de un encuentro violento, lo que parece un intento de secuestro, June se transforma en un barbudo noruego de casi dos metros. Harry tiene problemas para creer a su chica, pero existe una forma de superar la confusión: en el reflejo de los espejos, June todavía es June.

El último refugio parece el escondite para gente como ella que ha creado el profesor Halvorson (el siempre espléndido Guy Pearce), en el que reside la madre de June, quien abandonó a su hija años atrás.

«AMOR TRANSFORMADOR» / Los creadores de la serie, Hania Elkington y el reputado artista de storyboard Simon Duric, hablan de su criatura como «una historia de amor transformador que rompe el molde del romance tradicional chico/chica, contada a través de la óptica de algo extraordinaria, mítico». Durante su fuga en busca del amor y sí misma, June se transforma no solo en el noruego barbudo, sino en muchas otras personas de diferente sexo, nacionalidad, edad; un poco como el protagonista de la película surcoreana del 2015 The beauty inside, en la que hasta 27 actores hacían el mismo papel.

Pero las raíces del poder de June se hunden en terrenos mucho más antiguos. La inspiración esencial vino de los berserker, antiguos guerreros nórdicos que, llegada la hora de luchar, se convertían a nivel mental en bestias salvajes. En The innocents, esa herencia mítica se observa desde el otro género para abordar la formación de la identidad femenina desde una perspectiva avanzada: June puede ser, literalmente, un montón de personas diferentes.