La negociación del nuevo convenio colectivo comenzó a finales de noviembre, pero en todo este tiempo apenas se han conseguido avances. La situación de bloqueo total a la que se ha llegado provocó que los sindicatos incluso se plantearan el martes el inicio de acciones de protesta. Por su parte, PSA movió ficha ayer al amenazar con dejar a Opel España sin el ‘Corsa’ y eliminar una línea de producción. El desencuentro entre las partes ha roto el clima de paz social en la planta, que siempre se ha caracterizado por llegar a acuerdos.

Los representantes sindicales de Figueruelas se han mostrado dispuestos a aceptar la contención salarial en los próximos años, pero mantienen unas líneas rojas que consideran irrenunciables. Así, a cambio de esa contención, exigen un plan industrial que llene las dos líneas de producción, que se restablezca el contrato relevo (afecta a 416 empleados) y que se comprometa a contratar de nuevo a los 170 eventuales. Además, piden la inclusión de los trabajadores de los niveles 6 y 7 en el nuevo convenio colectivo y un plan de rejuvenecimiento de la plantilla.

Para alcanzar ese ahorro de costes en Figueruelas, la dirección ha planteado en la negociación del nuevo convenio colectivo tres años de congelación salarial (hasta el 2020 incluido) y dos con subidas del 50% del IPC real. También propone reducir las pausas de descanso para igualarlas a las de Vigo y recortes en los pluses. Además, la dirección de Opel España comunicó a finales de diciembre la suspensión del contrato relevo a partir de este enero y la no renovación de 170 eventuales, lo que supondría dejar de contratar a más de 550 personas.

PSA tenía muy claro cuando compró Opel que no estaba dispuesta a que hubiera más pérdidas en la marca alemana tras 16 años en número rojos. Para ello, eso sí, serían necesario los sacrificios. También en Figueruelas. PSA trasladó a la dirección de Opel España que tendría que equiparar sus condiciones laborales y de jornada a las que PSA ya aplica en su planta de Vigo. La diferencia en términos generales (salarios, productividad...) entre ambas fábricas es del 17%. De hecho, PSA exige reducir el coste por vehículo en Figueruelas en 700 euros.

El grupo francés PSA certificó la compra de las plantas europeas de Opel el pasado agosto y se convertía así en el segundo fabricante del viejo continente. La fábrica de Figueruelas, que dejaba atrás su pasado con General Motors, vivió con incertidumbre el proceso de compra, aunque la salvaguarda de ser la factoría más productiva de Opel abría una ventana al optimismo. Sin embargo, el bloqueo en la negociación del convenio colectivo y del plan de competitividad que exigía PSA han dejado en una situación delicada a la planta aragonesa.