"¿Qué empresario va a ser el valiente que contrate a una embarazada de cuatro meses?". Esta es la pregunta que María Ángeles Pérez lanza al aire una y otra vez. A las dos de la madrugada del miércoles recibió un mensaje en el móvil de un compañero, también despedido. En el texto le sugería que mirara su cuenta bancaria. Si había una cantidad extra de dinero significaría que ya no era conductora de autobús. Así de simple, sin un aviso previo de la dirección. Esta había sido la conclusión que extrajeron los trabajadores tras varios comentarios realizados entre ellos en su grupo privado de Facebook, red social por la que muchos se enteraron de que los despidos habían sido anunciados y que, acabó siendo la correcta. El burofax que iba a acreditar tal incógnita llegaría con retraso.

María Ángeles, madre de una niña de 21 meses, otra en camino y un marido incapacitado recientemente tras una operación, también había recibido el mensaje indirecto de la entidad convertido en dinero. "La empresa no ha tenido miramientos con nosotros", decía. Aseguraba sentirse impotente aunque, no era necesario que lo dijera ya que sus lágrimas y gestos nerviosos la delataban mientras esperaba a que el comité de empresa saliera del despacho del director de Recursos Humanos, Héctor Muñoz, ayer.

Para ella, que lleva cinco años y medio en la empresa tras haber sido despedida en 2007 y contrada de nuevo en 2008, no tiene sentido que envíen al paro a una embarazada. "No le cuesto ni un euro a la empresa" al tener una suspensión de contrato por embarazo y "aún así, nos han despedido", explicaba refiriéndose a otra compañera sin trabajo.

Indignación compartida por los 25 ecuatorianos contratados para la Expo 2008. "Nos llamaron desde España y nos aseguraron que tendríamos contrato indefinido", comentaba Jorge Garcés, tras pasar los tres meses de prueba. Todos ellos se han quedado sin trabajo "ahora que toda nuestra familia vive en Zaragoza", decía Mario. "¿Y ahora qué?" preguntaban. Dudan de la legalidad existente al quedarse "de la noche a la mañana" sin trabajo. María Ángeles tiene la respuesta. "Con las reformas hechas por el Gobierno (refiriéndose a la Reforma Laboral) hemos perdido nuestros derechos".

Tan solo son tres historias aisladas en 153 burofaxes.