En una sociedad en la que prácticamente todos los hogares tienen un ordenador desde el que entrar a todas las redes sociales que se desee, de infinitas posibilidades de informar sobre sus vidas o informarse de la de otros o sobre eventos o instituciones, en un día a día en el que móviles, tablets u ordenadores son una ventana abierta a la información global, parece olvidado que no hace tanto que eso estaba solo al alcance de unos pocos o de que no eran muchos los que apostaban por esta red universal como canal de comunicación. Hace solo 20 años tenía mérito apostar por ella. Y convencer a toda una Administración de hacerlo para ser útil al ciudadano, aún más.

Zaragoza lo hizo en 1994, en un momento en el que decidió apostar por el azar que le dio nombre. Sus locas artífices fueron dos funcionarias que aún hoy siguen apostando por esta vía de comunicación abierta. Una de ellas, María Jesús Fernández, que está desde el principio al frente de una web en la que hasta al consistorio le costó varios años en confiar.

El comienzo

Ella recuerda cómo los inicios tuvieron que hacerse desde un servidor de la Universidad de Zaragoza y dentro de un proyecto en el que se aspiraba a integrar a todas las instituciones aragonesas. Y como denominador común, una vez más, el Ebro. "Se decidió llamarlo así porque era un nombre que nos unía a todos. Lo compartían la comunidad autónoma, las diputaciones, comarcas y municipios", explica.

Así que cada una tendría su apartado dentro de este macroportal y la primera web municipal se decidió bautizar como www.ebro.unizar.es/azar. "La palabra azar nos permitía ese doble juego. Por un lado, era un un término que abreviado se podría asociar al ayuntamiento y, por otro, a la aventura que significaba adentrarnos en esta idea que nadie sabía cómo podía terminar", relata María Jesús. Ella entonces dirigía el Centro de Documentación de Acción Social municipal y narra cómo un día acudió a "unas jornadas" en las que se explicaba su utilidad.

En esos comienzos se pensó en esta herramienta "para informar" pero con el paso del tiempo la evolución más positiva es que "hemos ganado que la Administración aprenda a escuchar". Así que todo lo que ahora se refiere a participación activa de los ciudadanos no tiene nada que ver con esos inicios en los que solo se ambicionaba volcar datos y más datos. "Lo primero que se hizo fue publicar la guía de recursos de Acción Social y Salud Pública, e información sobre qué tenía que hacer para acceder a ellos", y recuerda que "hasta 1997 el usuario no podía interactuar" con el consistorio.

Se pusieron a su servicio impresos municipales con los que agilizar sus trámites. Bueno, para ahorrarles un viaje, el primero, obligatorio precisamente para recoger esos papeles que luego debían cumplimentar en casa y volver a llevarlos. Ese Ayuntamiento en casa iniciado con Urbanismo daba con la llave para prosperar: "La única forma de captar al ciudadano es serles útil", afirma con rotundidad María Jesús.

Cambio

"Y llega un momento en el que la gente te dice perdona, que yo quiero pedir y eso lo cambia todo", añade. La primera petición fue "que querían conocer qué ocurría en Zaragoza y la programación de las fiestas del Pilar de ese año", explica la responsable de la web, de manera que poco a poco se convirtió en una maquinaria voraz de información. Se introdujo la agenda cultural, el servicio de quejas --"que tenía el fondo de ladrillos"--, y un largo etcétera de contenidos hasta que en el 2003 decide el ayuntamiento hacer su propio servidor.

Pero se encuentran con que el dominio www.zaragoza.es ya estaba en manos de un particular, así que no les queda otra que coger www.ayto-zaragoza.es "y muchos más, por si acaso". Finalmente, el actual se consiguió gracias a que en el 2005 una orden ministerial permitía hacer uso público del nombre de la ciudad como propio.

Se le encargó un diseño "austero" a Isidro Ferrer para la página principal, que aún se conserva en un presente en el que a base de dotar de contenidos a los que acceder con solo un click se han ganado el favor de su público, los zaragozanos.