La mejora de las expectativas de vida de las mujeres afectadas por un cáncer de mama se han visto incrementadas a marchas forzadas en los últimos 20 años. Han sido dos décadas de incansable trabajo por parte de los investigadores, pero la fórmula que ponga fin a la enfermedad sigue sin encontrarse y esa es la meta final.

Pese a todo, los expertos aseguran que el conocimiento de la biología molecular ha permitido conseguir varios avances que, por encima de todo, suponen un beneficio en la calidad de vida de las pacientes.

«El 70% de las mujeres ya no vienen a la consulta porque se han detectado un bulto en un pecho, sino porque se han sometido a una revisión», explicó ayer Antonio Antón, jefe del Servicio de Oncología Médicas del Servet. «Esto es muy importante, porque habla de la educación para la salud de las mujeres, que acuden a esa citación periódico a cierta edad y eso conlleva un diagnóstico precoz clave», añadió.

Además, Antón apuntó que «cada vez se tratan tumores más pequeños, ya no es como las situaciones a las que nos enfrentábamos hace 20 años», aseguró. En Aragón, la consejería de Sanidad inició en el 2008 un programa de mamografías periódicas en las mujeres a partir de una edad de riesgo.

El hecho de que a una paciente no se le extirpe la mama tras una cáncer de pecho supone «un gran avance» en las intervenciones quirúrgicas y, especialmente, en el «impacto» que produce esa secuela física en la mujer. «Evitar el vaciamiento axilar ha sido un gran paso. Ya no vemos a esas pacientes con brazos hinchados», dijo Antón.

La técnica del ganglio centinela ha aportado un detrimento significativo de la morbilidad y la calidad de vida de las pacientes. ««Solo en un 15% de los casos es necesario el vaciado de los ganglios de la axila», precisó el doctor. Esto puede conllevar en linfedema crónico, que conlleva una reducción de la calidad de vida.

«No es suficiente con curar el cáncer, es necesario también mantener la calidad de vida de la persona tras un proceso de operación», dijo Antón.

«Los diagnósticos han mejorado porque no nos encontramos ante un solo tipo de cáncer de mama, sino que hay varios. Esa biología molecular nos permite individualizar los tratamientos», añadió Antón. «Consiste en aplicar una técnica u otra según el apellido del tumor», añadió.

En el simposio que se celebra estos días en Zaragoza se debatirá también acerca del papel de las plataformas genómicas, que aportan información clave sobre qué pacientes son candidatas y se pueden o no beneficiar del tratamiento con quimioterapia. «No tiene que ser el único recurso, sino que en muchos casos existen alternativas», apuntó. Y de cara al futuro, queda por determinar el papel que puede jugar la inmunoterapia.

Desde el 2015, las pacientes aragonesas que padezcan cáncer de mama pueden recibir la radioterapia en una única sesión que se realizará inmediatamente después de someterse a la intervención. El proceso de radiación, que se aplica directamente sobre la zona donde se encontraba el tumor, dura entre 12 y 15 minutos y evita que las pacientes tengan que someterse a las más de 25 sesiones de radioterapia -—cinco semanas-— del tratamiento convencional.

Durante el proceso, a la paciente se le extirpa el nódulo en el quirófano y, acto seguido, sobre la misma camilla se le irradia la zona donde estaba el tumor para eliminar posibles restos de células malignas. La radioterapia es cada vez más demandada para vencer el cáncer, en desuso de la quimioterapia. El hospital Miguel Servet es quien aplica esta novedosa tecnología, pionera en España en el tratamiento del cáncer de mama.

Otra de las consecuencias del cáncer de mama que mejor se ha atajado es la garantía de la conservación de la fertilidad en la mujer y que pueda ser madre tras un proceso quirúrgico. «Cada vez tenemos pacientes más jóvenes, eso es algo que se ha detectado gracias al diagnóstico precoz, y evidentemente el hecho de tener hijos preocupa. Ya está demostrado que se puede ser madre tras un cáncer de mama», explicó Antonio Antón.

Actualmente, el embarazo no parece afectar negativamente el pronóstico en mujeres con cáncer de mama previo. En cualquier caso, los expertos recomiendan a las mujeres que hayan padecido un cáncer de mama y deseen tener un hijo que lo consulte con su oncólogo, para que valore de forma individual su caso, dado que no todas pacientes viven una enfermedad similar.