El Gobierno del Partido Popular está cumpliendo el guión neoliberal que desmonta el Estado del Bienestar, o simplemente el Estado, en favor del libre mercado. Un guión que exige lo que vemos día a día, que la crisis la pague la gente, y no los financieros de casino que la provocaron. Pero más allá de esa flagrante injusticia, el guión exige debilitar las instituciones democráticas y la propia democracia, para institucionalizar el poder del dinero por encima del poder de las urnas.

La Reforma de la Ley de Régimen Local, impuesta por el Gobierno y asumida dócilmente por la DGA y su socio necesario, el PAR, es una pieza clave de esta estrategia de debilitamiento de la democracia. La sistemática política de anorexización de las finanzas municipales, acelerada hoy en nombre de esa falsa austeridad, se completa con el secuestro de competencias y servicios municipales, que pasan a centralizarse. Pero no para ser más eficientes, sino para privatizarlos. La espina dorsal de este sabotaje neoliberal de la democracia está en transformar en negocio las necesidades de la gente, convirtiendo a los ciudadanos en clientes a base de privatizar servicios tan básicos como los de agua y saneamiento, sanidad o educación-

En Aragón el Caballo de Troya de la privatización de los servicios de agua es el Plan de Saneamiento que dirige el Partido Aragonés, al amparo del Partido Popular; un plan presentado en su día como un prodigio de "ingeniería financiera", que iba a colocar a Aragón en la vanguardia europea del saneamiento urbano.

Ante la alarma que suscitó en muchos ayuntamientos la nueva obligación europea de depurar esas aguas, la ofertade colaboración desde la Diputación General de Aragón, en principio loable, pronto se pervirtió, tornando esa "colaboración" en "secuestro de competencias". La firma de "cesión de competencias municipales" que la mayoría de los alcaldes firmaron, en ocasiones bajo presión, ha supuesto su marginación de estos servicios, para a renglón seguido privatizarlos.

Colapso financiero

El sobredimensionamiento desmedido de las depuradoras, la aplicación de tecnologías caras e inadecuadas en pequeños municipios - cuestiones ambas que requerirían la intervención de oficio de la fiscalía anticorrupción-, junto al reventón de la burbuja inmobiliaria, han supuesto el colapso financiero del Plan. A pesar de haber subido en pocos años el Canon de Saneamiento, hoy llamado Impuesto sobre la Contaminación de las Aguas, en cerca de un 150%, el balance de este oscuro tinglado sigue siendo deficitario- ; a menos que los vecinos de Zaragoza, que ya pagamos nuestras depuradoras desde hace 20 años, aceptemos "solidariamente" diluir ese déficit pagando el doble de lo que pagamos para encubrir este fraude privatizador-

Para colmo, desde Madrid, el Gobierno viene promoviendo cambios legales que perfilan la nueva estrategia trasvasista del PP, basada en liberalizar y mercantilizar los derechos concesionales de aguas, incentivando que los regantes del Valle del Ebro, como ya empezaron a hacer los del Tajo, hagan negocio con sus concesiones vendiéndolas a quienes mejor paguen en el litoral mediterráneo.