Zaragoza es hoy un poco menos incívica que hace solo cinco años. Por causas que habría que analizar, pero entre las que se podría encontrar la derogación de la ordenanza cívica, en el 2013, la capital aragonesa actualmente, está en mínimos históricos de infracciones contabilizadas. Una conclusión que es fácilmente constatable a tenor de los últimos datos sobre los ciudadanos que han sido cazados por la Policía. Un total de 295 personas en el último año acabaron pagando sus actos incívicos con trabajos en beneficio de la comunidad, el registro más bajo de los últimos siete años y un 46,3% inferior a los que se daban, por ejemplo, hace solo un lustro, en el 2012, cuando se sumaron 549 casos.

Este dato no engloba el total de las infracciones detectadas, pero podría asimilarse fácilmente a ella entendiendo que estos trabajos comunitarios se ofrecen como sustitutivo de la multa siempre que los responsables tengan entre 14 y 21 años o a aquellos con más edad que carezcan de ingresos o se encuentren bajo la acción protectora de los servicios sociales. Así que o se ha reducido el control, o la crisis está remitiendo o asociar comportamientos incívicos a la situación económica del hogar no tiene ningún sentido.

TENDENCIA IRREGULAR // Aún así, por separado, que desciendan los infractores que realizan trabajos en beneficio de la comunidad para compensar el daño causado ya es un dato significativo. Los 295 casos que se dieron en el 2016, según datos oficiales del Ayuntamiento de Zaragoza, suponen ya un 20,5% menos que el año anterior, cuando hubo 371. En el 2014 habían sido 360; en el 2013, 318; en el 2012, 549; en el 2011, 506; y en el 2010, 451. Una tendencia irregular pero el año pasado se consiguió por vez primera bajar de los 300 expedientes abiertos.

Muchos de los actos que son sancionados están relacionados con una preocupación ciudadana para la que se pide mayor actuación de la administración. Se trata del botellón, o la ingesta de alcohol en reuniones y concentraciones en el espacio público. El año pasado fueron sancionadas por ello 123 zaragozanos, 56 de ellos hombres y 67 mujeres.

Pero no es el que más casos representa dentro del global. Lidera este listado aquellas que consisten en hacer necesidades fisiológicas en la calle. Sí, orinar en el espacio urbano es lo que más incívicos sancionados atesora, con un total de 153 casos en el 2016, en concreto 32 mujeres y 121 hombres castigados por esta infracción el año pasado.

Tan abrumador es el número de expedientes que entre ambos acumulan, que el resto de incumplimientos de la normativa que se contabilizaron casi parece residual. Y, entre ellos, llama la atención el de pintar grafitos y otros actos de vandalismo. En un total de 8 infracciones de esta naturaleza, 7 de hombres y 1 de una mujer, el castigo acabaron siendo los trabajos comunitarios. En solo 2 casos, se debió a no haber recogido de la acera los excrementos del perro (uno de un hombre y el otro de una mujer), algo que más de uno hoy pide que sea más perseguido y castigado por cómo amanecen cada día algunas calles.

Llama la atención que este número de expedientes sea inferior a los 4 que se sancionaron por haberse dado un baño en una fuente pública (en todos los casos por parte de un hombre), o los 5 en los que la infracción se debió a arrojar basura a la vía pública (3 a hombres y 2 a mujeres). En total, las 295 infracciones que se compensaron con trabajos comunitarios correspondieron 103 a mujeres y 192 a hombres.

LABOR REALIZADA // Estas labores en beneficio de la comunidad se reparten en jornadas de cuatro horas diarias. De los 295, 110 las prestaron en FCC, 7 en la Fundación Federico Ozanam, 28 en Cruz Roja, 53 en Disminuidos Físicos de Aragón (DFA), 60 en la Parroquia del Carmen, 22 en el Consejo de la Juventud de Zaragoza, 4 en YMCA, 2 en la Asociación para la Promoción Gitana, y 1 en la escuela de jardinería El Pinar. Hubo 2 que los prestaron en otras entidades y 6 que no llegaron a cumplir la sanción.

Además, bajo el paraguas del convenio firmado entre el Ministerio del Interior y la Federación Española de Municipios y Provincias en 1997, el cumplimiento de algunas penas por actos incívicos se realizó a través de un total de 42 servicios en diferentes áreas del Ayuntamiento de Zaragoza. Fueron 23 personas en parques y jardines, 3 en Vialidad y aguas, 3 en Gestión de Residuos, 3 en Servicio de Prevención y salud laboral, 4 en la residencia Casa Amparo y 6 en la escuela de jardinería. Actualmente, hay 11 que siguen ayudando al consistorio.

No obstante, aparte de la lectura que se haga de la estadística, es evidente que el descenso del número de casos se está dando y quizá sirve para consolidar la idea que llevó a introducir esta posibilidad en la ordenanza. La apuesta decía que realizar trabajos a la ciudad que compensen el daño causado a cambio de sortear una multa económica podía de disuadir en el futuro. Y eso es, al menos, lo que parece.