Un total de 956 aragoneses han solicitado su inscripción en el Registro de Voluntades Anticipadas desde que se puso en marcha, en noviembre del 2003. Esta iniciativa de testamentos vitales está recibiendo en la actualidad un nuevo impulso, ya que el Sistema Aragonés de Salud (Salud) trabaja ya en la implantación de un programa informático que permita el acceso directo de los médicos a esta información sobre los deseos del paciente.

De momento, el comité de expertos que evalúa estas solicitudes ya ha validado 651 de las recibidas. El resto están pendientes de distintos trámites. Los expertos valoran positivamente esta respuesta social así como el programa de testamentos vitales. No obstante, creen que la efectividad del registro, que recoge los deseos del paciente en distintos casos (no sólo en lo que se refiere a eutanasia pasiva) todavía no está demostrada.

"En general, esto es un avance importante, sobre todo, para poder tener una idea de lo que requiere el paciente cuando el mismo ya no puede decidirlo", explica José Ramón Ara, neurólogo del hospital Miguel Servet y uno de los expertos que formó parte, en sus inicios, de la comisión evaluadora de los testamentos vitales.

"Creo especialmente importante que el médico pueda contar con un representante porque muchas veces las situaciones no son blanco o negro y necesitamos a alguien que nos ayude a interpretar los deseos del paciente".

DEBATE PENDIENTE Una cuestión aparte para Ara es "el debate de la eutanasia real que, de momento, no se ha planteado en España y algún día tendrá que llegar". Según aclara, "que un médico retire una medicación --lo que se conoce como eutanasia pasiva-- no lo discute nadie. Otra cosa es incurrir en una acción".

El Ministerio de Sanidad desarrollará en breve la Ley General de Sanidad para establecer un Registro Central del Testamento Vital, de forma que esté accesible a todos los ciudadanos y pueda ser consultado y tenido en cuenta por los médicos en cualquier punto de España ante casos irreversibles. También podrá incorporarse a los historiales médicos.

La persona que firme el documento expresará su deseo de morir dignamente, pide que no se prolongue la vida por medios artificiales y que se le suministren los fármacos necesarios para paliar al máximo el sufrimiento.

El documento, que se apoya en la Constitución y una resolución del Consejo de Europa, autorizará a los médicos y parientes a proceder a la eutanasia en caso de que el firmante se vea un día en tal necesidad. En Holanda y Dinamarca la gente compra en la farmacia estos impresos, que después deben rellenar. Más de 20.000 españoles ya lo han firmado.