El futuro que Agapito Iglesias diseña para el Real Zaragoza SAD pasa por un defraudador fiscal: Mariano Casasnovas Vicente, el empresario que según el entorno del constructor lidera a un grupo de potentados aragoneses decididos a hacerse con el control de la compañía deportiva, está condenado en firme como autor de dos delitos de fraude fiscal.

La magistrada del Juzgado de lo Penal número 5 de Zaragoza, Beatriz Muñoz, declaró en julio del 2009 a Casasnovas autor de dos delitos de fraude tributario por cada uno de los cuales le impuso una condena de un año de prisión, además de dos multas de, respectivamente, 352.000 y 770.000 euros. La sentencia, ratificada unos meses después por la Audiencia Provincial, le condena también a indemnizar a la Agencia Tributaria con 1.119.929,85 euros.

La empresa con la que cometió el fraude, consistente en el escamoteo de más de un millón de euros en el IVA y el Impuesto de Sociedades, fue Inversiones Conjuntas 2050, cuya sede se encuentra en la quinta planta de un edificio de viviendas de la calle Sobrarbe.

El empresario, para quien la Fiscalía y la Abogacía del Estado reclamaban inicialmente una condena de seis años de cárcel y cuyos dos compañeros de banquillo resultaron absueltos, logró eludir el ingreso en prisión al no superar su condena los dos años de duración --fue suspendida con la condición de que no cometiera ningún otro delito en un periodo de tiempo-- y haberse comprometido a liquidar sus deudas con el fisco y con el Tesoro Público.

PERFIL Mariano Casasnovas Vicente es administrador, consejero o apoderado en catorce empresas, todas ellas con sede en Zaragoza y la mayoría vinculadas al sector inmobiliario.

Inversiones Conjuntas 2050, que dejó de operar en abril del 2011 con el cierre de su hoja registral, acumuló entre el 2005 y el 2009 cinco anuncios de insolvencia emitidos por juzgados de lo Social y sumó 44 incidencias con la Agencia Tributaria entre octubre del 2008 y noviembre del 2011.

Casasnovas desarrolla sus negocios desde una oficina de la avenida de Cataluña. En el edificio que ocupa los números 96 y 98 de esa vía se encuentra el domicilio social una de sus empresas, cuya denominación es Zaragoza Avenida Cataluña 96-98 y cuyo objeto social se centraba en el sector inmobiliario. Cesó en sus actividades también en abril del 2011.

Esta sociedad acumuló en los cinco años que estuvo operativa un total de cinco pleitos ante los juzgados de lo Social por un montante de 32.404 euros, 93 incidencias con la Seguridad Social por un valor conjunto de 220.537 y otros 24 encontronazos con la Agencia Tributaria.

Con esa ficha, Casasnovas emerge como un empresario decidido a hacerse cargo del Real Zaragoza SAD, una empresa deportiva que tiene como principal acreedor, precisamente, a la Agencia Tributaria.

El Real Zaragoza SAD acumula una deuda de 155 millones de euros. La hoja de ruta del convenio de acreedores, cuya fase de cumplimiento se encuentra suspendida como consecuencia del descenso a Segunda División --el convenio de acreedores no contempla la previsión de la caída a Segunda B--, y las cuentas oficiales aprobadas hace unos meses cuantifican el agujero en 113 millones.

CONTABILIDAD Sin embargo, a esa cantidad hay que añadirle en la práctica la existencia de unos impuestos diferidos --pendientes de pago-- que los responsables del Real Zaragoza cuantifican en 42 millones de euros.

Esa cifra, como ya ocurrió en la campaña 2012-2013, aparece anotada en el activo del balance. Es decir, que tiene el mismo tratamiento fiscal que una propiedad. Su aparición en la columna del pasivo haría que la imagen contable del Real Zaragoza fuera la de una empresa en quiebra.

Antes de solicitar la declaración de insolvencia, Agapito Iglesias negoció con los responsables de la Agencia Tributaria en Aragón --actuaron tutelados por la cúpula del Ministerio de Hacienda-- un beneficioso aplazamiento del pago de los más de 30 millones de euros que entonces debía el Zaragoza a las arcas públicas.

Posteriores decisiones, como la presentación, mediante artificios contables --anotar como ingreso los créditos condonados en el concurso-- de un beneficio ficticio de más 20 millones en el 2012, elevaron el volumen del débito --ocho millones en el Impuesto de Sociedades ese año--.

Casasnovas, viejo conocido de Hacienda, se ofrece, con ese historial, para hacerse cargo de una empresa cuyas relaciones con el fisco son más que tensas.